Agravamiento estratégico
John Saxe-Fernández, La Jornada a ueves 5 de Febrero de 2015.
S
e multiplican las advertencias sobre los crecientes riesgos de que los procesos de intensificación bélica alentados por la diplomacia de fuerza de EU y la OTAN en Ucrania y en las inmediaciones de Rusia y China, en pos del control de los vastos recursos euroasiáticos y de contención de potenciales rivales o coaliciones desemboquen en una guerra nuclear terminal. La Federación de Científicos de EU, la Asociación para el Control de Armamentos y en fechas recientes la comunidad vinculada alBulletin of The Atomic Scientists, han llamado a la cautela. Lo hacen desde que el 13 de diciembre de 2001 cuando EU, articulando una línea militarista de extrema derecha, anunció su retiro del Tratado Anti-Balístico (ABM), un
cortocircuito nuclearperpetrado por quienes Gore Vidal en Dreaming War(NYT Bestseller, 2007) calificó de
junta petrolera Cheney/Bushasentada en la usurpación electoral las guerras de agresión por el petróleo bajo guisa de
autodefensa anticipadoray en un inconstitucional régime d´exceptionluego del 11-S.
La anulación del ABM generó incertidumbre estratégica pero recibió el entusiasta endoso del poderoso sector aéreo-espacial (aliviado hace poco de que en el film Gravity el malo de la película fuese la basura espacial rusa y no la propia), en anticipo de una cascada de contratos de billones de dólares que son el cemento de la continuidad Bush-Obama en lo estratégico/espacial y de seguridad internacional.¿En qué consiste, específicamente, la línea
neoconseguida por Obama? En verdad viene de la hipermilitarización (y de la financiarización/especulación) que acompañan al declive hegemónico de EU, línea consignada en la Guía de planeación de la defensa del Pentágono (1994-99) cuyo eje es
evitar la reaparición de un nuevo rival, ya sea en el territorio de la ex-URSS o en alguna otra parte, que represente la amenaza que otrora significó la URSS).
EU plantea hacer la guerra a quien trate de dominar “una región cuyos recursos, con un control consolidado, bastarían para generar una potencia mundial. Estas regiones incluyen Europa occidental, el este de Asia, Asia sudoriental y
el territorio de la ex Unión Soviética(traducción: ¡EU debe evitar que Rusia ejerza soberanía sobre su territorio!). Otro objetivo central es mantener mecanismos para
evitar que los competidores potenciales aspiren a representar un papel regional o mundial más amplio. Ninguna novedad si, como documenta Antonio Sánchez Pereyra en su imprescindible Geopolítica de la Expansión de la OTAN (Ceiich/UNAM/Plaza&Valdés, 2003) para sus arquitectos la Alianza sirve en Europa para
mantener a EU dentro, a Rusia fuera y Alemania abajo.
Esa
expansiónen burla de compromisos con Gorbachov y Rusia, se colocó en medio del golpismo nuclear de un temerario despliegue anti-balístico en las fronteras de Moscú y de una narrativa de que la ampliación de la OTAN a las ex-repúblicas soviéticas ¡no generaría irritación! Lejos de crear
una zona de paz, azuzaron el caos: Aún más¿cómo puede Rusia confiar en EU luego del golpe de la CIA en Febrero 2014 que derrocó al
gobierno electo de Ucraniae instaló, como dice Paul C. Roberts,
un régimen títere inmediatamente hostil a Rusia y a la población ruso parlante de Ucrania? (ICH 25/2/15). Peor para la paz del orbe si la
maniobraen Ucrania incluye operativos clandestinos en Rusia, Irán, China, Brasil, Venezuela y en otros BRICS. Hace poco Vadym Prystaiko, viceministro de Relaciones Exteriores de Ucrania y ex embajador en Canadá, después de abogar porq ue Ottawa proporcione armas letales y adiestramiento para usarlas
en una guerra total contra Rusia, agregó a Radio Canadá (CBC) que
el mundo no debe temer unirse a Ucrania en una pelea contra una potencia nuclear(sic). ( Robert Parry, ICH, 25/2/15).
No extraña que junto a la falta de civilidad estratégica de los
neoconaumente la sensación de riesgo nuclear. En fechas recientes aquellos vinculados alBulletin of the Atomic Scientists, en referencia a la continua modernización nuclear han expresado gran preocupación porque el riesgo de guerra aumenta a niveles semejantes a momentos difíciles y críticos de la guerra fría. Desde 1947 utilizan la metáfora de un reloj del juicio final que aparece en portada, pasándolo
de cinco a tres minutos para la medianocheen 2015. En febrero el Bulletin recordó al público y a la Casa Blanca qué pasaría si sólo una de las más de 2 mil bombas en los arsenales de Rusia y EU, listas para ser lanzadas, fuera detonada a mil seiscientos metros sobre Manhattan. (Entérese).
Mejor, aunque difícil, pero necesario: detener el acoso clandestino y estratégico a Rusia, retomar la civilidad del ABM y convivir en la multipolaridad: hay mucho que hacer ante el colapso climático antropogénico en curso.
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