jueves, 29 de abril de 2004

Irak y la OTAN

John Saxe-Fernández
La Jornada.
México 29 de abril de 2004.

Bajo la dirección de François Houtart y el cuidadoso impulso y coordinación de Lieven Decaurter y su equipo se realizaron entre el 14 y 17 de abril pasados, en medio de una "veda informativa" de lo más significativa, las actividades del Tribunal de Bruselas. Contando sólo con la fuerza moral, no judicial, el tribunal fue convocado en solidaridad con la población iraquí y se realizó bajo los auspicios de la Fundación Bertrand Russell y decenas de organismos humanitarios y pacifistas.

Participaron autores como Samir Amin, Emmanuel Wallerstein, Denis Halliday, Ghazwan Al Mukhtar, la joven analista Amy Bartholomew y la escritora egipcia Nawal El Saadawi, entre muchos otros. Los testimonios iraquíes sobre los horrores y devastación que esta guerra injusta e ilegal ha infligido a esa población y a su patrimonio cultural y económico fueron el centro de atención, ya que demostraron de manera contundente la necesidad de sentar, desde ahora, y por medio de un tribunal organizado por las fuerzas sociales, las responsabilidades de los impulsores intelectuales de esta devastación, organizados alrededor del Proyecto para un Nuevo Siglo Estadunidense, quienes ahora ocupan algunos de los más altos cargos en el gobierno de Bush.

Llamó la atención el vacío generado por los medios de comunicación belgas y europeos, como si no quisieran incomodar a Washington. Quizá se deba a que las relaciones con Europa se han tensado de manera profunda en lo político, económico y militar, precisamente como resultado de la guerra contra Irak. Así lo testificará quien recuerde las discrepancias entre Francia y Alemania (ejes centrales de la OTAN) y Estados Unidos en las reuniones del Consejo de Seguridad de la ONU sobre las supuestas armas de destrucción masiva en Irak.

Después de despreciarlos, Bush ha colocado a sus principales aliados en la OTAN en una situación "imposible", presionándolos para que mediante esa alianza lo apoyen ahora que la inusitada resistencia iraquí le está complicando la situación. No hay duda que esos gobiernos están ante un dilema espinoso: una cercanía con Estados Unidos, que ahora avala y hace más transparente que nunca su contubernio con los sangrientos operativos de Sharon, alienaría a todo el mundo árabe y a cientos de millones de musulmanes. Internamente los costos políticos serían devastadores. La situación se complicó y se politizó mucho más a raíz de la masiva oposición de la población europea a la guerra de conquista, a la ocupación de Irak, y a la abierta y justificada oposición de los principales aliados a las operaciones de Bush. El voto de castigo a Aznar en las elecciones españolas es un importante recordatorio del alto precio político que conlleva cualquier adhesión al belicismo desenfrenado del gobierno estadunidense.

Con esta precariedad, que se profundiza día a día como resultado de la resistencia iraquí, poca tolerancia mostraron los gobiernos europeos ante una instancia decidida a someter a escrutinio moral a Bush y su equipo, por medio del Tribunal Russell, cuya actuación en la guerra de Vietnam resultó crucial. Recuérdese que a finales de marzo Bush convocó a los nuevos integrantes de la OTAN a afiliarse a su guerra -una especie de lobby de incondicionales-, en medio de resquebrajamientos, paradójicamente derivados del colapso de la URSS, un "enemigo" que había fungido como cemento de la alianza, por no mencionar las frecuentes tensiones en el área del comercio, de la tecnología de punta, sea en biotecnología o en la industria aeroespacial, los subsidios agrícolas e industriales, los transgénicos, etcétera.

Quien revise La geopolítica de la ampliación de la OTAN (Ceiich-UNAM-Plaza y Valdés 2003), de Antonio Sánchez, ciertamente la mejor investigación generada en América Latina sobre esta vital temática, pronto se percatará de que en los poco más de 10 años transcurridos entre la primera y la segunda guerra del Golfo se han gestado cambios significativos en la correlación mundial de fuerza.

En 1991, cuando Washington actuó de manera unilateral, pero concretó una postura diplomático-militar con una coalición creíble e hizo gala de astutas medidas que le permitieron utilizar los instrumentos multilaterales, evitando el aislamiento internacional, fue manifiesta la insignificancia político-militar europea. Todavía a finales de los 90 los efectos del predominio político-militar estadunidense arreciaban. La exasperación de muchos dirigentes europeos la sintetizó en 1997 Mark Eysken, ministro del Exterior de Bélgica: "Europa es un gigante económico, un enano político y un gusano militar" (p. 311). La exasperación a la brutal operación lanzada por Bush hijo impacta a la OTAN, fundamento de la proyección de poder de Washington hacia la masa euroasiática. Bush coloca a la Unión Europea ante un dilema en materia de política exterior y de defensa: avalar los crímenes de guerra como cualquier república bananera o asumir sus responsabilidades ante el derecho internacional, el mundo árabe y la opinión pública mundial.

viernes, 16 de abril de 2004

Vietnam e Irak

John Saxe-Fernández
La Jornada.
México 16 de abril de 2004.

Bruselas, 15 de abril. Participo como testigo de la fiscalía en un juicio público del Tribunal de Bruselas, con la concurrencia de la Fundación Bertrand Russell y cientos de organizaciones, para sentar las responsabilidades del Proyecto para un Nuevo Siglo Estadunidense en la ejecución de crímenes de guerra contra la población iraquí.

Inaugurado en 1997, el proyecto se orientó al impulso de lo que su documento fundacional califica de "una política reaganiana de fortaleza militar y de claridad moral necesaria para que EU, basado en los éxitos del siglo pasado, consolide nuestra seguridad y nuestra grandeza en el próximo siglo". De línea ultranacionalista e imperialista, plantea la "creación de una pax americana global y fue endosado por Dick Cheney, Donald Rumsfeld, Paul Wolfowitz, Jeff Bush y Lewis Lobby, jefe del staff de Cheney, con la participación de operadores políticos e ideólogos, Elliott Abrams y Francis Fukuyama entre ellos.

El documento es importante porque muestra que "antes" de asumir la presidencia Bush y su gabinete ya contemplaban y planeaban un ataque contra Irak, que se realizó bajo la supuesta existencia de "armas de destrucción masiva", un embuste y una bofetada a la comunidad internacional. La operación se ejecutó al margen del derecho internacional, del Consejo de Seguridad de la ONU y de la opinión pública mundial, incluyendo de manera significativa la española, italiana e inglesa, cuyos gobiernos avalaron la agresión. Más aún, la guerra de conquista se realizó bajo las premisas de la doctrina de "autodefensa anticipatoria", formalmente considerada como crimen de guerra por la normatividad que emana de los juicios de Nuremberg.

A un año de la embestida imperialista la pila de cadáveres, heridos y las atrocidades del aparato militar estadunidense contra la población iraquí se acumulan. Según la directora del Observatorio de la Ocupación en Bagdad, "las ciudades iraquíes de Sadr, Adamiya, Kufa, Fallujah, Shula y otras han sido cercadas y están siendo bombardeadas por misiles y tanques de las fuerzas de ocupación estadunidenses y sus aliados. La población civil está siendo asesinada. La autopista a Fallujah ha sido cerrada y las noticias que llegan de esa ciudad indican que yacen en las calles cuerpos sin vida de muchas personas. No hay ambulancias ni agua ni electricidad. Los periodistas tienen prohibido el paso y a muchos les han roto las cámaras. Todo indica que esta situación va a mantenerse durante los próximos días. Por favor, ayuda" (www.indigenasdf. org. mx).

Con más de 15 mil civiles muertos, decenas de miles de heridos y tragedias humanas incalificables, las responsabilidades de los ejecutores y sus cómplices se incrementan tipificando, como ocurrió en Vietnam, el crimen de genocidio, según lo establecido en el artículo 2 de la Convención de Ginebra de 1948. La matanza de civiles para intimidar al resto de la población, bajo el rubro de operación Determinación Vigilante de EU se traduce, sólo en Fallujah, en 450 muertos y mil heridos en menos de tres días. La masacre es tal que el Consejo de Gobierno Iraquí, fantoche instaurado por Bush, criticó "las soluciones militares y la política de castigo colectivo que ha caído sobre civiles inocentes" y varios de sus integrantes amenazan con renunciar "a menos que el baño de sangre se detenga".

Sea en la Alemania nazi, o en Irak, el genocidio es un producto de la historia y acarrea consigo las características específicas de la sociedad que lo perpetra. En el caso de EU, el aparato militar, prácticamente desde principios del siglo XVII -cuando todavía era colonia inglesa-, hasta finales del XIX, acumuló gran experiencia en la aniquilación sistemática de las naciones indias, a las que despojó de tierras y de medios de subsistencia. Toda una campaña que ahora calificaríamos de genocida, contra los "aborígenes" de la América del Norte, que durante el Destino Manifiesto de la década de 1840 fue también aplicada al vecino sureño, despojado de más de la mitad de su territorio, bajo el lema de "a los mexicanos como a los apaches".

Las similitudes y diferencias entre lo ocurrido en Vietnam e Irak resultan esclarecedoras. En Irak Washington experimenta, de nuevo, un "empantanamiento" que se profundiza, resultado de la unificación de la población en la resistencia a la ocupación. Como en Vietnam, la "estrategia militar" conocida como guerra ejemplar, se materializa en un "baño de sangre", el terror de Estado, dirigido a amedrentar por medio del "exterminio" los sustentos populares de la resistencia. Pero la situación es más grave. En Vietnam se atacó a una población nacional. Hoy se agrede a cientos de millones de musulmanes en los cuatro rincones del planeta y se desestabiliza de manera profunda una región que, por su importancia geoestratégica -60 por ciento de la reserva mundial de crudo-, los mismos analistas militares estadunidense califican de "central" en la etiología de una tercera guerra mundial.

jueves, 1 de abril de 2004

Cuba y los Hoyos de Dona

John Saxe-Fernández
La Jornada.
México 1° de abril de 2004.

La postura de Washington de cara a la soberanía y a la independencia de Cuba se ha orientado, históricamente, a su extinción "antes" de que existieran naciones comunistas, persistió "durante" la vigencia de la URSS y se profundiza ahora, "después" del colapso soviético.

Cuando se analiza contemporáneamente esta hostilidad, téngase presente que el Golfo de México se ha posicionado, según las más recientes evaluaciones geológicas, como una de las principales cuencas petroleras del planeta. Como lo ha señalado Fabio Barbosa en su importante trabajo El petróleo en los Hoyos de Dona (Porrúa IIE, 2004), aunque el Golfo es una de las zonas más intensamente exploradas y perforadas del mundo, apenas recientemente se cuenta con la información necesaria para concluir que es una de las áreas con alta concentración de hidrocarburos, por lo que bien puede considerársele una nueva "frontera emergente", es decir, que es parte de lo que David Rainey, de British Petroleum, califica de "una nueva geología y una nueva geografía petrolera". (pp 59-72).

Los geólogos mexicanos no han dudado en definir al Golfo de México "como una de las tres más grandes provincias petroleras del mundo" (p.99), lo cual, como indica Barbosa, es destacable porque en los debates sobre los llamados Hoyos de Dona (pp.15-17), con frecuencia se minimizó la importancia petrolera del golfo. Sólo para México se estima que son del orden de entre 43 mil y 59 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente acumulado en rocas del Terciario y Mesozoico. Para el Golfo, que además de la mexicana incluye las respectivas zonas de Estados Unidos y Cuba, la cifra estimada asciende a poco más de cien mil millones.

Cabe aclarar que el término Hoyos de Dona se utiliza para denominar "una línea extrañamente discontinua" consistente en dos porciones, la occidental y la oriental, que rebasaron las 200 millas correspondientes a México y Estados Unidos, y los límites, en estas porciones, que no se negociaron en el Tratado sobre la Zona Económica Exclusiva de 1977.

Es decir, no se trata de hoyos ni tienen forma circular o de dona. Durante la relación especial entre Salinas y el aparato de seguridad nacional de Estados Unidos, bajo el mandato de Bush padre, se hicieron concesiones secretas en las delimitaciones de los Hoyos de Dona, mismas que fueron denunciadas por el senador José Angel Conchello, principal impugnador del Fobaproa desde al PAN, quien pereció en un extraño accidente automovilístico.

Sobre este grave asunto Barbosa comenta que por años se ocultaron al pueblo de México los pormenores de estos "arreglos", "formando parte de lo que calificamos como la diplomacia secreta. Presumiblemente el primer gobierno de los Bush pretendía dejar fuera de la negociación al gobierno de Cuba, pues sorprende que se señalan claramente 'dos zonas' y no se haga ninguna mención de ese tercer país, con derechos incuestionables sobre la Dona Oriental" (p.38).

Así, la participación cubana no es menor y, para consternación de los intereses articulados por el actual gobierno de Bush, esta nación ha empezado a establecer relaciones con consorcios como Petrobras, de Brasil, que dominan la tecnología para la perforación marítima profunda. Se trata de formaciones geológicas en que colindan las jurisdicciones de los tres países y en las que las empresas petroleras estadunidenses han iniciado actividades de perforación que afectan los intereses de las otras dos naciones, por lo que se conoce como el efecto popote, entendido no tanto como la perforación "horizontal", sino debido al drenaje ocasionado por la gravitación, a favor de quienes se adelantan en la extracción del crudo en grandes yacimientos con las mencionadas colindancias.

Considerando el notorio y abrupto agotamiento de la reserva petrolera de Estados Unidos y el gran interés por la Tercera Cuenca por empresas petroleras y de servicios íntimamente vinculadas a la Casa Blanca de Bush, es necesario agregar el factor geoestratégico que representa la participación cubana en los recursos petroleros del Golfo y su impacto en la planeación militar del gobierno de Bush -y de los intereses petroleros que representa- hacia Cuba y sus riquezas de hidrocarburos en la Dona Oriental.

Podríamos afirmar que el peligro de una operación contra la isla se ha acrecentado como resultado de la "nueva geografía petrolera" del Golfo de México, de la desmedida ambición y codicia por el petróleo cubano -y mexicano- y de la peligrosa proclividad hacia el unilateralismo de la camarilla que hoy domina las decisiones de la oficina oval. Por lo que es necesario agregar, como ha documentado el economista Gian Carlo Delgado Ramos, que una acción militar contra Cuba "... bien podría ser una carta ante un escenario electoral dramático y las señales de su posibilidad las daría el informe de países terroristas que Estados Unidos dará a conocer en mayo de este año y en el que seguramente incluirá a Cuba, de ahí que Fidel Castro considere que 'estamos en un momento de gran peligro'".