jueves, 17 de febrero de 2005

Danza de los millones

John Saxe-Fernández
La Jornada.
México 17 de febrero de 2005.

En momentos en que Fox insiste en la "reforma estructural del sector energético" y privatizar el complejo petroeléctrico, se reabre el escandaloso fraude que hace tres años llevó a la quiebra a Enron: nuevas cintas revelan cómo esa empresa saboteó el funcionamiento de sus plantas generadoras de electricidad para agravar los apagones en California y así aumentar las tarifas eléctricas a su antojo. Según Julian Borger (The Guardian, 5/2/05, p.12), en California se hizo lo que ahora Fox se empeña en recetar a los consumidores mexicanos.

La evidencia que menciona Borger es importante porque revela las maquinaciones secretas de Enron para crear una escasez artificial en California y así profundizar la crisis energética que en 2000 y 2001 costó decenas de miles de millones de dólares a los consumidores, a la industria y al sector público. "La nueva evidencia", escribe, "también sugiere que la empresa promovió la desregulación de manera tan intensa porque sabía que podría manipular el sistema para sacar ventaja."

Además, Enron manipuló los "mercados" de la energía en Canadá antes de la "desregulación" de 1998. La propuesta es similar a la de Fox. Viene de las mismas manos. El diseño "panista" para "el manejo futuro de los mercados eléctricos mexicanos" estuvo a cargo de Ricardo Charvel, director de Estrategias de Enron Mexico Corporation.
En California, Canadá, Inglaterra y México, Enron promovió las campañas electorales de aquellos grupos y personas inclinadas a apoyar las estructuras de "mercado", manipulables a favor de sus intereses. Cuando Ralph Hodge, entonces jefe de la división europea, reveló que en Inglaterra la compañía había hecho importantes donaciones al partido Laborista y Conservador, el senador Manuel Bartlett advirtió que el empecinamiento de Fox en privatizar el sector se debía a los compromisos que estableció durante su campaña electoral "con grandes empresas de Estados Unidos, como Enron, que ahora le exigen la entrega prometida de la industria eléctrica, el gas y el petróleo mexicanos". De igual manera el diputado Alfredo Hernández Raigosa reclamó a las secretarías de Energía y Hacienda que informaran sobre los acuerdos adquiridos con Enron y el Banco Mundial (BM).

El tamaño del botín atrajo la atención y Jeffrey Skilling, jefe de esa compañía (acusado de 35 cargos por fraude y conspiración y sentenciado por 19), viajó a México para promover la "desregulación". En 1999 David Shields tuvo oportunidad de conversar con Skilling, quien le pintó a Enron como una empresa de la nueva era, pero "detrás del velo estaba claro su plan para nuestro país: impulsar la desregulación y privatización de los activos públicos, adquirir la mayoría de las plantas estratégicas y líneas de transmisión, especialmente en las regiones industriales de Monterrey y el Bajío, y luego usar esa infraestructura para exprimir al máximo a empresarios y consumidores mexicanos" (Texas Observer,15/2/02).

Ahora es necesario determinar el papel del BM y este tipo de empresas en el diseño privatizador de Fox, que se aplica inconstitucionalmente sobre Pemex-CFE. El asunto no es menor cuando se ventila el papel del narco en Pemex. Recuérdese que Enron "operaba" con más de 60 empresas fantasmas en Cancún, Torreón y el Distrito Federal y desde las Islas Caiman, Holanda y Delaware, según documentos recabados por La Jornada. Las empresas eran usadas en manejos contables y el lavado de dinero.

Pero cuando Fox desplegaba una costosa campaña para convencer de las bondades del "mercado", no conocíamos las truculencias de empresas tan próximas a Bush, Cheney y el mismo Fox. Eran tiempos de mendacidad y de dar atole con el dedo: según Fortune, el BM, el BID y el Eximbank, Enron era un "modelo" de la "globalización". En Pemex y CFE eran tiempos "salinista- zedillistas". Se fraguaba la gran estafa de la "desregulación" y el presidente de Enron Mexico Corp, desde plataforma auspiciada por el BID sobre "Derivados financieros en México", que se celebró en 1997, sin rubor lanzaba "una mirada a los mercados en desarrollo y los derivados energéticos". Entonces Cheney se consolidaba como el jefe de Halliburton y daba inicio el proyecto zedillista de perforación petrolera de mayor envergadura en la historia del país en los campos petroleros de Cantarell en el Golfo de México. Con un costo de unos 20 mil millones de dólares, el proyecto concitó el endoso del Eximbank por medio de un préstamo de 536 millones de dólares tramitado por su presidente, James Harmon, como aperitivo para el gran banquete neoliberal. Los dólares eran para pagar por los servicios de Halliburton. Con Fox, el banquete y la danza adquirieron un ritmo más caliente, de miles de millones en contratos de una Pemex endeudada hasta la coronilla. Entre las muchas beneficiadas: Halliburton, Fluor Daniel, Bechtel, Sempra Energy. Ahora en Los Pinos, con el Año Hidalgo encima, se insiste en que siga la danza. Es la receta para llevar a Pemex-CFE "a un punto de venta" (frase del BM).

jueves, 3 de febrero de 2005

Bush contra Cuba

John Saxe-Fernández
La Jornada.
México 3 de febrero de 2005.

La Revolución Cubana, sustentada en una gran movilización político-militar de la población, representa un rompimiento tajante con la sujeción de corte colonial al poderío político-militar y económico de Estados Unidos. Cuba, como ocurre con el resto de América Latina y el Caribe, fue sometida a una continua explotación como área tributaria, primero de España, luego de la potencia norteña: una condición siempre respaldada por la estrecha relación del Estado imperial y sus empresas, con las corruptas, oligarquizantes e igualmente depredadoras estructuras de poder local.

A lo largo del siglo XX la centralidad del fenómeno imperialista y su manifestación de pax americana o, si se desea ser riguroso, de "monroísmo" en nuestra región, en ningún momento amainó. Pero tampoco la resistencia al imperialismo. Cabe recordar, con Gregorio Selser (La violación de los derechos humanos en EUA, UAS, Sinaloa,1993), que cualquier estudio de las sociedades sometidas al imperialismo y de sus procesos de liberación revela un aspecto fundamental: "la recuperación acelerada de su sentido de humanidad y la bestialidad de su opresor. Cada acción en pro de la liberación de los oprimidos es seguida de aterradoras acciones represivas de los opresores, que revelan claramente el proceso de degradación personal de los colonizadores. El miedo a perder sus intereses económicos coloniales compele a los poderes dominantes a perpetrar más actos represivos y a ignorar las legalidades mínimas, inclusive las del marco jurídico legal diseñado para sustentar los regímenes coloniales". Quien, en este contexto, revise la historia de la relación de Cuba con Estados Unidos, pronto descubrirá que la hostilidad hacia la independencia y la soberanía cubanas existía "antes" de la Revolución y del surgimiento del campo socialista, durante su vigencia, e incluso ahora, "después" del colapso soviético, acentuándose con el gobierno de Bush. Así lo recordó hace poco José Luis Toledo, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, quien encabeza la "coadyuvancia" cubana a Enrique González Ruiz, fiscal del Tribunal Benito Juárez (www.tribunal benitojuarez.org), instancia ciudadana que sigue la tradición del Tribunal Russell en los años 60 (sobre los crímenes de guerra en Vietnam) y del Tribunal Bruselas (en relación a Irak).

El Tribunal Benito Juárez se instaló en Caracas hace pocas semanas. Su objetivo es juzgar la continua agresión de Estados Unidos contra Cuba. El evento, que tendrá lugar en México a finales de abril, ocurre en momentos en que se recrudece la agresión económica y política para, como lo ilustró Toledo, provocar la desestabilización interna y propiciar la intervención militar directa, a pesar de su entrampamiento en Irak. La información ofrecida por el decano, en un lúcido y preciso análisis presentado en el Ceiich (UNAM), demuestra que con la destrucción de la Revolución, el gobierno de Bush plantea instaurar un régimen de corte colonial. Para tal efecto se instaló una "Comisión para asistir a una Cuba Libre", encargada de "identificar medios adicionales para poner fin rápidamente al régimen cubano". Con abierto desprecio al derecho internacional, a la Carta de la ONU y de la OEA, y sin que país alguno exija explicaciones, Bush promueve un "cambio de régimen" por medio de una política "más activa, integrada y disciplinada para socavar las estrategias de supervivencia del régimen y fomentar acciones que aceleren su fin". Para ello se identifican seis tareas encaminadas al desarrollo de la actividad subversiva dentro del territorio cubano: a) el fortalecimiento de la "oposición" mediante su financiamiento, promoción y adiestramiento; b) impedir la continuidad de la dirección cubana prevista en la Constitución; c) intensificar el bloqueo para reducir las entradas de divisas; d) desarrollar nuevos métodos para realizar transmisiones ilegales, como el despliegue de aviones militares para tal efecto. Es una acción grave, provocativa y peligrosa que, indicó Toledo, viola el derecho internacional y las normas de la Unión Internacional de Telecomunicaciones; e) organizar una amplia campaña de desinformación en el exterior, y f) fomentar el aislamiento internacional de la Revolución mediante esfuerzos multilaterales para sumar otros países a esa política. Bush designará un "coordinador de la transición", una suerte de "procónsul". Como señaló Toledo: "En Irak Paul Bremer fue nombrado como tal después de la ocupación militar; el Bremer para Cuba actuaría desde ahora para provocar el fin de la Revolución y dirigir todo el proceso posterior". La CIA y el Pentágono se encargarían de la formación y manejo de una "fuerza policial civil" y para las "metas" sociales y económicas como privatizaciones, "reforma" educativa, desmantelamiento de laboratorios de nivel mundial y una seguridad social "sostenible", etcétera. Bush echa mano de la administración colonial a su servicio que opera en Latinoamérica: "...se buscará la asesoría... del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el FMI".