miércoles, 17 de junio de 2020

EU ¿bajo asedio de Trump?
A
plazo la segunda entrega del trabajo sobre el sector energético bajo asedio porque tal parece que con Donald Trump, la ultraderecha y sus cuerpos de acción en la Casa Blanca, el que está bajo asedio es Estados Unidos. En la potencia norteña se sabe, desde el inicio mismo del siglo XXI, y el 11/ S, que es posible lanzar en EU una intentona contra la Constitución y los derechos civiles tan frecuentes en sus operativos diplo-militares en Latinoamérica y el Caribe. Al menos 40 ciudades de EU están bajo toque de queda con la Guardia Nacional en 15 estados, por la protesta general ante la atroz ejecución de George Floyd perpetrada por la policía de Minneapolis.
Asesinar afroestadunidenses: he ahí la marca de la esclavitud y del endémico racismo, admirado por el régimen nazi y alentado por un Trump agazapado en el búnker de la Casa Blanca durante días de protestas ¿en embeleso con el modus operandi de los nazis, lanzando dinamita al tanque del estallido social vía tuits, como queriendo incendiarlo todo como en el incendio del Reichstag? Él tampoco convocó a la unidad nacional. Jerrold Nadler, coordinador de Asuntos Judiciales de la Cámara de Diputados de EU dijo que Trump siempre ha querido ser un dictador.
Luego de varios días, sale Biblia en mano para la foto y mientras dice apoyar manifestaciones pacíficas, su policía en simultáneo lanzó gas lacrimógeno, granadas cegadoras y balas de goma. Acusa a demócratas y a terroristas de izquierda de los saqueos y amenaza con despliegues militares. A sabiendas que la ley permite al Ejecutivo ese despliegue sólo a petición de los gobernadores, Trump dijo si ante desmanes los gobernadores no me lo solicitan, lo haré por ellos. El sesgo hitleriano de Trump me lo advirtió Roberto Fernández Retamar, el notable historiador y presidente de Casa de las Américas, enviándome copia del libro de James Whitman, Hitler’s American Model (El modelo estadunidense de Hitler, Princeton, 2017).
Al revisar un acervo documental del Tercer Reich, Whitman se topó con valiosos testimonios en los abundantes registros taquigráficos de lo dicho en sesiones convocadas por Hitler desde el Ministerio de Justicia para generar las leyes raciales del Reich, tarea a cargo del ministro Franz Gurtner, quien presidió las reuniones entre abogados expertos en la elaboración e interpretación de leyes, con integrantes clave de la cúpula gubernamental nazi. Al inicio Gurtner presentó un memorándum especificando al detalle las leyes raciales de EU, material base en las sesiones, referido por los participantes como el modelo estadunidense de legislación racial. Para Whitman “es de lo más significativo que los nazis más radicales ahí presentes, de manera recurrente mencionaron esas leyes como la pauta a seguir por Alemania. De ahí emanó una atrocidad judicial: la feroz legislación antijudía, que incluyó a mestizos, mulatos y gente de color. Entre los admiradores del supremacismo blanco del sur de EU estaba Roland Freisler, quien luego presidió la Corte del Pueblo Nazi, cuya actuación fue aterrorizante, expresión clave de la salvajada judicial de las Leyes Nuremberg. En ese registro taquigráfico, Whitman encuentra sorprendente, en particular, descubrir que los nazis más radicales presentes eran los campeones más ardientes de las lecciones y perspectivas raciales de EU para Alemania”. Las fuentes del involucramiento nazi con la ley racial son variadas. A finales de los años 20 y 30, dice Whitman, “los nazis y el mismo Hitler se interesaron en la legislación racista de EU. En Mi Lucha, Hitler celebra a EU como el único estado que ha progresado hacia la creación de un orden racista del tipo de las Leyes de Nuremberg que estamos intentando establecer”.
El nacional trumpismo opera desde una base electoral que apoya la relección del magnate, objetivo central de su actuación orientada al fomento de la conflictividad, auxiliado por quienes saquean, queman y violentan ofreciéndole oportunidades para aparecer, según su preferencia electorera. La ley y el orden encubren su fracasado manejo del Covid-19 con resultados tan trágicos o aún más, que los cosechados por su par brasileño, el otro rotundo fracaso epidemiológico que arrastra enorme sufrimiento a millones de familias. A Trump sólo le importa su relección, con él de campeón de la mano dura, no como quien preside una economía que añade 40 millones de desempleados, en un medio global que va hacia una crisis, como advirtió Istvan Mészáros, que hará parecer a la Gran Depresión como una tarde de té en la vicaría, con EU como epicentro de eso y de la pandemia. El despliegue de la fuerza militar contra su población con la equívoca idea de eliminar su imagen como la personificación de la decadencia intelectual y moral de EU es asunto de alto riesgo mundial.
En EU persisten un atroz racismo escudado en un diseño judicial corrupto. Ambos deben desaparecer.
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l sector energético bajo asedio
L
os neoliberales abrieron las puertas a los intereses oligárquico-imperiales que Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos nacionalizaron, el primero en 1938 y el segundo en 1960. Poner remedio a esa magna regresión ha sido uno de los epicentros de la Cuarta Transformación (4T). Durante seis sexenios, bajo la condicionalidad acreedora instaurada en torno a toda línea de crédito autorizada, y en operación por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Grupo Banco Mundial, se desvaneció aquella noción de que colocar un área tan estratégica como la energía en manos extranjeras es cosa de colonias. Ahora, en tiempos de la 4T, que está encaminada a la recuperación del timón energético, vale recordar que ese sector sigue bajo asedio. Los ajustes que se están haciendo ahora en lo referente a seguridad, rescate de Pemex, de la CFE y el ordenamiento del sector, que incluyen las energías limpias (geotermia, solar, eólica) están bajo ataque de los beneficiarios de la debacle energética neoliberal.
Los medios corporativos y sus analistas, en tono alarmista y acusatorio, denuncian la nivelación en curso sobre los desequilibrios ocasionados por la privatización de los beneficios y la socialización de costos en materia energética. Pero los resultados fueron desastrosos y requieren remedios efectivos.
Los desastres se extienden a la seguridad energética por la desnacionalización del proceso de toma de decisiones y la generación de vulnerabilidades riesgosas con un parque vehicular de poco más de 44 millones de máquinas de combustión interna. Agréguese a este panorama la desindustrialización del petróleo vía la desatención presupuestal al mantenimiento de las refinerías con intención privatizadora, lo que creó y luego acentuó una inadmisible vulnerabilidad: transformaron a una nación en plena autosuficiencia energética capaz de gestar encadenamientos petroquímicos en una importadora de 80 por ciento de las gasolinas y diésel requeridos para la movilidad de personas y de carga. Además, a la menor provocación elevaron los precios de gasolinas y electricidad y se desatendieron a poblaciones marginadas y pobres. Las medidas actuales van contra la descomposición, el desorden y la dependencia estratégica, después de 36 años de un persistente ataque a la viabilidad del sector energético, ataque contenido en la condicionalidad atada a toda línea de crédito del programa de ajuste estructural del FMI y Banco Mundial. ¿Su meta?, privatizar Pemex y poco después, cuando se difundió en Europa que la combinación del negocio petrolero con el eléctrico elevaba bastante la tasa de ganancias, en 1992 Carlos Salinas y sucesores propagaron el furor privatizador a la CFE.
Antes de proceder es necesario aclarar, con Fernand Braudel, que: “La historia no es otra cosa que una constante interrogación a los tiempos pasados en nombre de los problemas y curiosidades –e incluso las inquietudes y las angustias– del presente que nos rodea y nos asedia”. ( El Mediterráneo. El espacio y la historia, FCE 1989). Es desde esta línea que es posible abrir espacios viables a nivel planetario y nacional a las nuevas generaciones de hoy y mañana, que considero el epicentro de la 4T, por lo que es necesario revisar a detalle los objetivos y obstáculos del acuerdo del Centro Nacional de Control de Energía que restringe una mayor participación de la iniciativa privada en la generación de electricidad. Como el acuerdo ocasiona escándalo y distorsión en los medios, conviene atender a los planteamientos del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien explica que tal decisión se debe a la necesidad de dar un mejor trato a la Comisión Federal de Electricidad, que vende cada vez menos, tanto (como) a la determinación de privilegiar el interés público. Alonso Urrutia y Alma Muñoz, en La Jornada 7/5/2020 p.22) indican que en la mañanera del día anterior, el Presidente indicó que la Secretaría de Energía está buscando que haya orden y que no se siga arruinando a la CFE; a que podamos mantener los precios de la energía eléctrica y bajarlos, si es posible, lo que (los privados) nunca hicieron; al contrario, elevaban constantemente el precio. El mandatario explicó que la decisión que restringe una mayor participación de la iniciativa privada en la generación de energía eléctrica obedece tanto a la necesidad de darle un mejor trato a la CFE como a la determinación de privilegiar el interés público ( Ibid).
En una síntesis del pasado sobre las ligerezas constitucionales que acompañaron a la apertura eléctrica a privados de dentro y fuera, el mandatario apuntó que “en el periodo neoliberal les entregaron el mercado o parte del mercado de la energía eléctrica (…) Se reformó una ley secundaria y empezaron a dar permisos para que particulares generaran energía eléctrica y así fueron avanzando hasta que se reformó la Constitución y las leyes. Ahora la mitad de la energía eléctrica se compra a empresas particulares, la mayoría de ellas extranjeras, en particular españolas” ( Ibid, continuará).
Salvajadas bancario-financieras
E
l solo anuncio del arreglo directo entre grandes firmas mexicanas y el BID Invest por 12 mil millones de dólares acalambró a millones que sufrieron y recordaron aquellos aciagos días del rescate bancario en la década de 1990, que mutó en deuda pública los adeudos de acaudalados oligarcas, estimados en 601 mil 341 millones de pesos (hoy, cerca de 25 mil millones de dólares). Al enterarse del arreglo, el presidente López Obrador negó el respaldo a la transacción y darle aquiescencia de la finanza pública sin dejar de recordar que, en política, las formas son contenido. No es para menos. Según datos del Instituto para la Protección del Ahorro, entre 1999 y 2018 todos los y las mexicanas pagamos por ese rescate la friolera de ¡2.68 billones de pesos! (hoy, casi ¡110 mil millones de dólares! de las mermadas arcas públicas que recibió el nuevo gobierno. Ese rotundo no a más deuda, ¿lo puede revertir el Banco de México que parece ajeno a la poca civilidad de las normas de desempeño del BID Invest? (Ver Daniel Becerril, Reuters, 28/4/2020)
Lo que para la población es pesadilla, para uno por ciento es ansia por privatizar ganancias y socializar costos. Ya se sabe que con la condicionalidad cruzada del FMI en lo macro y por rama del Banco Mundial/BID –incluido BID Invest– no se juega. Esos entes se presentan como multilaterales. Pero sus sistemas de votación se rigen bajo el principio de un dólar un voto, no de un país un voto. Están bajo el dominio de Estados Unidos y socios europeos: añádase que el Tesoro de EU es dueño de 51 por ciento del Banco Mundial, cuya corporación internacional de inversión propaga su condicionalidad con el BID Invest. Con el voto de algunos de sus socios, EU logra poder de veto. Así esas multilaterales operan en consonancia con la unilateral e ilegal diplomacia de fuerza de EU: aplicación de aranceles, créditos para los Bolsonaros, sanciones a Cuba, Venezuela o Irán.
Rusia, China y el Brasil de Lula otorgaron créditos al FMI para democratizarlo, pero hasta hoy todo permanece tal cual. Ni asomo de que alguien de África, América Latina o Asia asuma la presidencia de ese ente. Persiste el dominio euro-EU, por lo que vale revisar la condicionalidad desde la que opera el BID Invest para luego revisar algunas recomendaciones y comentarios generales de numerosas ONG de la sociedad civil latinoamericana y de EU sobre políticas de sostenibilidad ambiental y social del BID Invest revisando esas normas de desempeño.
Merece atención la condicionalidad cruzada, ya que el BID Invest es un ente de corte colonial del capitalismo de cuates que opera desde la desnacionalización del proceso de toma de decisiones” en áreas vitales a toda democracia soberana de la periferia, en especial en torno a la jurisdicción del Estado en el despliegue territorial de infraestructura vital (vías de comunicación, transmisión eléctrica, gasoductos, oleoductos, acueductos, carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos y recursos naturales estratégicos, bosques y biodiversidad, así como la privatización de las decisiones en materia de endeudamiento. Desde 1982, la desnacionalización de las decisiones se profundizó antes de negociaciones cruciales, sea en torno a un TLCAN con Salinas o al recate bancario y de los ferrocarriles (con Zedillo) o la reforma energética con Peña, consumada luego de cuatro sexenios de deliberado debilitamiento y ataque fiscal a Pemex. No es casual que, con Bolsonaro, Trump fomente un TLC con Brasil.
Ante el arreglo BID Invest con la IP, vale revisar la inadmisible condicionalidad cruzada bien captada por Arturo Ortiz Wadgymar en Política económica de México 1982-1997 (Nuestro Tiempo, 1997) valioso libro porque además de los componentes internos que incluyen la desregulación a favor de empresarios y banqueros ( La Jornada, 8/8/2015) también aborda lo relativo al sector externo. El listado de condiciones FMI-BM-BID incluye la apertura total e indiscriminada a la inversión extranjera y mercancías de fuera; “una política cambiaria altamente flexible que permita la entrada y salida libre de los capitales nacionales y extranjeros sin intervención del Estado y libre oportunidad de especular en bolsas de valores globalizadas…” ( Ibid, p. 17) ¿Es la oposición del Ejecutivo a que sigan haciendo lo que les venga en gana lo que molesta a algunos jerarcas empresariales? ¿Seguir especulando, empobreciendo, envenenando y calentando la atmósfera? Ya el saqueo generalizado, en tiempos del Covid-19 luce su brutal faz por el precariato que abate a más de 50 por ciento de familias mexicanas.
Hechos deuda pública, ¿irían los fondos BID Invest a esas bolsas globalizadas sin abandono de la superexplotación de la fuerza de trabajo en abierta y vulgar oposición a la 4T, que va por la recuperación del timón petroeléctrico para transformarlo, vía la transición, a energías limpias como única alternativa al colapso bioclimático en curso?

jueves, 23 de abril de 2020

Oscilaciones golpistas
E
n la fase 3 de la epidemia Covid-19 en México se acentúan oscilaciones financieras e intervencionismos mediático-golpistas y, como nunca antes en la historia mundial, colapsos en el precio del petróleo. Son bamboleos oligárquico-imperiales crónicos, corruptos y desleales a favor del saqueo de 40 años sobre las riquezas naturales y restos del patrimonio público. Esos arreglos centro/periferia acentúan el sometimiento de oligarcas y socios en componendas de entrega al extranjero bajo una leonina coparticipación imperial en la apropiación del excedente. Lo que plaga a población y economías al sur del Bravo es el imperialismo, un contubernio de clase bajo dinámica para el desarrollo del subdesarrollo (DdS).
En el contexto del DdS y a partir del gobierno de Andrés Manuel López Obrador se documentan bamboleos de lealtad en materia de seguridad y de las inversiones de la oligarquía. Enrique Galván Ochoa, a finales de 2019 ( La Jornada 4/11/19), observó que al dar AMLO un giro a la estrategia de seguridad en busca de la pacificación sin continuar la guerra que ha dado pocos resultados y tiñe de sangre al país, sino atacando las estructuras financieras y mejorando las condiciones de vida de la gente, dio un vuelco que tuvo efectos: disminuir el negocio de la compra de armas y equipos militares y afectar “los intereses de los que hacían negocios con el sector militar desde adentro y desde afuera. Como en el caso de las medicinas y los laboratorios, hay perdedores. El general Gaytán Ochoa, que alguna vez manejó miles de millones de pesos desde Banjercito –con cuestionamientos de la Auditoría Superior– debería ser más explícito sobre el origen de sus inconformidades, que pudieran ser justificadas, pero falta claridad a sus palabras”. (Detalles en Carlos Fazio, Rebelión 09/11/2019).
La inversión mexicana en EU (ver el editorial de La Jornada, abril 3) revela que según la Reserva Federal de EU, la oligarquía mexicana es líder regional en inversiones allá. De los 246 mil millones de dólares depositados por toda la región, 76 mil 166 millones fluyeron de México, seguido por Brasil, con 29 mil 239 millones, Chile 29 mil 41 millones etcétera. Esa magna proeza antinacional ¿es por el enojo ante la clausura de jugosos contratos y diseños urbanos en Texcoco y de algo así en Pemex y CFE? Quienes sacan 76 mil millones de dólares, rodeados de millones de familias en pobreza y en pobreza extrema ¿merecen un régimen fiscal cercano en lo raquítico al de Haití?
Ante la magnitud del daño ¿no es la ilegalización de toda condonación al pago de impuestos una inadmisible generosidad en medio de la austeridad republicana mientras la demencial fuga de capitales prosigue sin descanso? El castigo, un incalificable e injusto ataque a la nación, se perpetró por razones ideológicas sin racionalidad económica y con ausencia de lealtad a la nación.
También en el área bancario-financiera externa ( Financial Times  FT–) y mediático-empresariales (TV Azteca) un creciente cuerpo de analistas coincidimos con Epigmenio Ibarra en percibir aromas golpistas. El FT bambolea primero colocándose como articulador de un programa alejado del liberalismo y de corte reformista. Desde sinembargo.com se informó que ese periódico sorprendió a todo el mundo haciendo abandono de su ideología liberal. Propuso que los gobiernos tendrán que aceptar un papel más activo en la economía… “Deben ver los servicios públicos como inversiones, no como cargas, y buscar fórmulas para que los mercados laborales sean menos inseguros. La redistribución será debatida otra vez, los privilegios de las personas mayores y de los más ricos serán cuestionados. Políticas consideradas excéntricas hasta ahora, v.gr, la renta básica y los impuestos a las más altas tendrán que formar parte de las propuestas”.
Sólo días después el FT, ante un gobierno progresista en México, da un giro de 180 grados contra AMLO. Su editorial da instrucciones contra un gobierno mexicano legítimo y democrático. Así se deja ver en la valiosa colaboració del columnista Julio Hernández López ( La Jornada 15/4/2020) que permite apreciar algunas de las piezas golpistas (domésticas e internacionales) que se manifiestan sin descanso desde el inicio del sexenio. El FT alienta en nuestro país el activismo antiAMLO en un editorial titulado “Mexico’s unfolding presidential tragedy” (La tragedia presidencial mexicana en curso). Dice que los políticos (mexicanos) de todos los partidos, gobernadores y líderes empresariales (...) deben unirse para acordar un programa económico y de salud integral para tratar el coronavirus y presionar a su presidente (...) Deben lanzarse desafíos legales contra algunas de sus políticas más cuestionables, pues la terrible catástrofe humanitaria de Venezuela es una clara advertencia de lo que otros cuatro años y medio de López Obrador podrían hacerle a México. https://www.ft.com/content/6abcb55c-7a47-11ea-af44-daa3def9ae03

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sábado, 11 de abril de 2020

Covid-19 y la diplomacia de cañoneras
C
on la gunboat diplomacy (diplomacia de cañoneras) a mano, Trump intenta neutralizar la eficaz y bienvenida proyección médica de la Revolución cubana contra la pandemia del Covid-19, sin dejar la brutal ofensiva económica y paramilitar contra Venezuela. Para hacer el anuncio, Trump suspendió una conferencia de prensa en la Casa Blanca sobre la epidemia en Estados Unidos (EU) y se hizo acompañar de Mark Esper, secretario de Defensa de Estados Unidos. Hizo a un lado a médicos y especialistas en epidemiología para anunciar que estaba lanzando una operación mejorada contra el narcotráfico en el hemisferio occidental y proteger a su población del azote mortal de los narcóticosilegales.
El anuncio se hizo luego que el Departamento de Justicia, de manera unilateral y haciendo gala de una extraterritorialidad hemisférica mejorada, al incluir ahora al Covid-19 al lado de un despliegue naval en aguas cercanas a Venezuela, una intimidación propia de la diplomacia de las cañoneras, fuera de la institucionalidad y legalidad internacional instauradas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. La justicia de EU acusó al presidente Maduro y otros altos cargos de su gobierno de tráfico de drogas y otros delitos. Así lo informó la BBC (bbc.com) en su edición del 2 de abril.
Desde el arribo de Trump a la Casa Blanca, en 2017, el pueblo bolivariano de Venezuela ha sido sometido, por la vía de letales e ilegales sanciones económicas, a un castigo colectivo que hasta 2018 llevaba unas 40 mil bajas civiles, mujeres, niños y hombres inermes. Todo un castigo que hasta nuestros días se estima en 100 mil almas junto a millones expulsados por los brutales efectos de las sanciones, presentados al público de CNN como fallas de Maduro,siguiendo el guion de atribuir todo, incluido el sabotaje al sistema eléctrico o hidráulico, al presidente.
Si el Covid-19 enseña algo es la debacle moral del horror infligido a la población por una diplomacia de cañoneras enfilada a contener la proyección hacia América Latina, el Caribe y, en verdad, al mundo de los amplios cuadros de médicos y científicos educados por la Revolución cubana, que siempre veló por la educación y la salud –toda una gesta bajo un implacable bloqueo de EU–, que permite enfrentar la explosión del Covid-19 dentro y más allá de la isla.
A los crímenes de lesa humanidad y de guerra, impunes hasta ahora, EU agrega medidas deleznables, por ejemplo, entorpecer el apoyo cubano a países latinoamericanos en su combate al Covid-19. Es todo un compendio de bajezas y criminalidad de Estado lanzados al rostro de las Naciones Unidas, de la Corte Penal Internacional, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos localizada, of all places, en Washington sin ratificación.
Con el Covid-19 amenazante en el mundo, en medio de sanciones e intimidaciones, una pandemia que arrecia, cuyos costos humanos abarrotan morgues de hospitales y los cementerios repletos, es así como el coronavirus visibiliza lo que es la diplomacia de cañoneras al lado de la mortandad.
La operación en pos del petróleo venezolano incluye despliegues para-militares en territorios cercanos a Venezuela concertados por el Comando Sur con Bolsonaro y fuerzas y grupos del narcotráfico de Colombia, el mayor exportador de cocaína a Estados Unidos. La mejorada estrategia se refiere a adicionar despliegues navales a las (esas sí) ilegales y letales sanciones económicas, realizadas bajo la noción neonazi del castigo colectivo en momentos en que desde Cuba se envían brigadas médicas al mundo. Son brigadas sanitarias en 59 naciones, 37 de ellas con presencia de la pandemia ( La Jornada, 27/3/2020, p 31).
Cuba denunció a EU por “entorpecer la ayuda médica, y con otros países, China, Rusia, Irán y Venezuela… aboga en la ONU contra la politización de la pandemia. El canciller Bruno Rodríguez Padilla hizo la denuncia, ya que la isla apoya a decenas de naciones contra el Covid-19. Para Rodríguez, es Lamentable que mientras el Covid-19 amenaza a la humanidad, el gobierno de EU, en vez de poner fin al sistema ilegal de aplicar medidas coercitivas unilaterales, como el bloqueo a Cuba, dificulte el combate de la epidemia atacando a países que practican la solidaridad y cooperación internacional. ( Ibid)
Es precisamente esa solidaridad y cooperación contra el Covid-19 lo que Trump trata de neutralizar. Tal parece que usa el Covid-19 como arma de guerra y la fortaleza médica de Cuba le estorba en el dominio de territorios y recursos. La isla denunció en la ONU las presiones de EU para poner fin a las misiones médicas cubanas en Bolivia, Brasil y Ecuador.
EU amenazó a las naciones receptoras de la ayuda médica cubana. A la diplomacia médica de La Habana, Trump responde con buques, destructores, barcos de combate, aviones y helicópteros armados.
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jueves, 26 de marzo de 2020

Imperialismo y pandemia
M
antener y, peor aún, acentuar sanciones económicas en medio de la pandemia de Covid-19 como ingrediente letal de la diplomacia de fuerza de Estados Unidos configura un crimen de lesa humanidad. Centrada en crecientes e ilegales sanciones económicas contra naciones arbitraria e ilegalmente designadas en ocasiones diversas como amenazas a la seguridad de Estados Unidos (Cuba, Nicaragua, Siria, Irak, Afganistán) o con jurisdicción sobre los yacimientos de combustibles fósiles que van quedando en la corteza terres-tre (Venezuela e Irán), es un crimen de guerra que merece el mayor rechazo público violatorio de convenciones internacionales varias.
Sorprende y alarma esa sevicia por el desprecio y crueldad con la humanidad y las jóvenes generaciones de hoy, mañana y por nacer. El desprestigio, descomposición y cobardía que abate al nacional trumpismo son visibilizados por la pandemia misma. Bill van Auken, en El imperialismo estadounidense utiliza el coronavirus como un arma de guerra (wsws.org, 20/3/2020), captó la debacle hegemónica cuando cita al doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de Salud (OMS): “La única forma de derrotar esta pandemia, como siempre lo hemos dicho, es por medio de la solidaridad. Solidaridad, solidaridad, solidaridad… Somos una raza humana, y eso es actualmente suficiente. Este es un enemigo invisible que ataca a la humanidad” (p. 2). Esas breves y certeras palabras captan grados de insensibilidad y crueldad cercanos al tipo de masacres de exterminio desatadas ante la resistencia indígena a la expansión territorial de Estados en Norteamérica (ver Roxanne Dunbar-Ortiz, An Indigenous People’s History of the United States, Beacon, 2015).
Las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela e Irán vienen de esos hondos castigos colectivos. Con jurisdicción sobre la principal reserva petrolera del mundo, Venezuela fue receptora de sanciones económicas decretadas por Donald Trump desde el inicio de su mandato en 2017 hasta estos días. Partiendo del análisis de Dunbar-Ortiz, se puede observar una continuidad histórica con el estudio de Mark Weisbrot y Jeffrey Sachs, Sanciones económicas como castigo colectivo: el caso de Venezuela (2019), disponible en español en www.cepr.net. Sobre el castigo colectivo, revisar la puntual síntesis de Stanley Cohen, que llega hasta las masacres de Israel contra la población palestina, por lo que es necesario revisar la agresión contra Venezuela hasta donde apuntan los cañones de esas letales sanciones desde agosto de 2017. Los datos de Weisbrot y Sachs, contundentes, demuestran que los cañones del nacional trumpismo van contra niños, mujeres y hombres inermes. Indican que la mayor parte del impacto de esas sanciones no se ha producido en el gobierno, sino en la población civil (p. 1), y agregan que “las sanciones han infligido, y progresivamente infligen, daños muy graves a la vida y la salud humanas, incluidas más de 40 mil muertes entre 2017 y 2018… Estas sanciones encajarían en la definición de castigo colectivo de la población civil, tal como se describe en las convenciones internacionales de Ginebra y La Haya, de las cuales Estados Unidos es signatario. Estas sanciones también son ilegales según el derecho internacional y los tratados firmados por Estados Unidos, y parecería que también violan la legislación de Estados Unidos”.
En un artículo del The New York Times ( 24/3/2020) sobre cómo las sanciones de Estados Unidos contra Irán van a poner en riesgo la vida de millones, N. Bajoghli y M. Rouhi notan que la guerra de ocho años entre Irán e Irak, que costó cerca de un millón de vidas, va a palidecer en comparación con la epidemia del coronavirus. Investigadores iraníes han estimado que la epidemia, que ya lleva mil 500 bajas, llegará a un pico a fines de mayo y podría resultar en 3.5 millones de muertos. Tal parece que acaba la “revolución shale” y que las big oil y el Pentágono se lanzan otra vez, como en Irak y Libia, al negocio de las petroguerras, incendiando y ahora azuzando la pandemia, vía decretos que desatan más sanciones que atacan hospitales y las rutas financieras a las medicinas, doctores, enfermeras y equipos necesarios para enfrentar el Covid-19.
Coda: contrario a los desfiguros de la bancada conservadora, México va por la fraternidad y la esperanza con una sólida conducción nacional ante una crisis compleja e histórica. Un sen-timiento reforzado por los responsables de las organizaciones Mundial de la Salud (OMS) y Panamericana de la Salud en el país, para quienes México está tomando varias de las lecciones aprendidas por otros países, como China, y está aplicando medidas coherentes con las recomendaciones de la OMS; fue el primero en poner a punto una prueba de detección para el coronavirus, y eso es premisa básica para disminuir la velocidad de dispersión de la pandemia. Esos esfuerzos nos hacen pensar que se siguen haciendo bien las cosas, los 164 (casos) son aún importados y las personas con las que estuvieron en contacto han sido estudiadas, eso nos deja tranquilos ( El País, 21/3/2020).
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viernes, 13 de marzo de 2020

Elecciones 2020: bajo toma hostil
A
raíz de las elecciones 2020 en EU para la candidatura presidencial del Partido Demócrata (PD) y las asignaciones de delegados al Colegio Electoral (en EU el voto esindirecto. El voto popular no es necesariamente determinante), cobra gran interés el libro de Gregg Palast: The Best Democracy Money can Buy, (Nueva York, 2012, así como los aportes ahora en español de Amy Goodman y Juan González en Democracy Now. (https://www.democracynow.org/es) Ambas fuentes ofrecen el dato certero, bien documentado develando trampas, transas y purgas al padrón electoral, irregularidades e ilegalidades de larga data acentuándose desde el final del siglo XIX. El título de Palast expresa el fuerte sesgo plutocrático del sistema político, magnificado por la adopción de la ley Citizens United (2010), una desorbitada desregulación de las aportaciones individuales y de las corporaciones a las campañas presidenciales, de congresistas, senatoriales y a las gubernaturas.
Es desmedido el crecimiento del poder e influencia política de los sectores más ricos y de los grandes monopolios y conglomerados, patrimonio de los sectores más acaudalados. De ahí la perceptible desigualdad y deterioro de la legitimidad de un sistema político bajo fuerte oligarquización. No extraña que el primer artículo del libro de Palast centre la atención en lo que su autor, Robert F. Kennedy Jr, ( RFK Jr ) califica como un asalto hostil contra EU ni tampoco que analice a la segunda de las 25 familias más acaudaladas de EU que integran mucho menos de uno por ciento como ejemplo del accionar de su influencia cuando los grupos de interés perciben el más mínimo riesgo a los negocios de sus corporaciones como en Koch Industries Inc. (KI ), un conglomerado que incluye a la poderosa industria del gas y del petróleo de EU. Al mando de KI está Charles Koch y hasta hace poco David, su recién fallecido hermano, impulsor de la derecha. La familia Koch, dueña al 80 por ciento de KI, es la segunda más rica de EU después de los Walton (Walmart). KI es un conglomerado valuado en 120 mil millones de dólares dedicado a refinar petróleo, al transporte, la ganadería y a la venta de petrolíferos. Otros negocios de KI incluyen extracción y comercio de minerales, la tecnología química, productos de papel y otras materias primas. Cuenta con 120 mil empleados en más de 60 países. En Alberta, Canadá, KI controla el negocio de las arenas bituminosas y tiene en la mira el petróleo y gas del pueblo venezolano, la principal reserva de combustibles fósiles del mundo.
Esa atracción de los ultraderechistas Koch por el crudo pesado carroza no es nuevo. Palast informa que la voracidad de esa familia por ese crudo pesado se agudizó ante ciertas necesidades de crudo pesado para la magna refinería Flint Hills Corpus Christi de Koch Industries en Texas. Pero los Koch toparon con un problema: un hombre peso pesado llamado Hugo Chávez, el entonces ya heroico presidente de Venezuela que se colocó entre ellos y un negocio de unos 3 mil millones de dólares. Mientras el Departamento de Energía informaba al mundo que Venezuela y no Arabia Saudita era la mayor reserva petrolera del mundo, incluyendo una abrumadora porción del crudo pesado en la superficie terrestre, Gregg Palast, en una de sus conversaciones con Hugo Chávez, le llegó a escuchar,  es que ya no somos más una colonia petrolera Mr. Palast.
Los Koch reservaron 75 millones de dólares para derrotar a sus enemigos. En EU financiaron la mitad de las campañas senatoriales y 40 por ciento de las de la cámara baja por lo que RFK Jr aclara que los senadores y diputados apoyados por los Koch no representan a EU, sino a los Koch. Actúan en medio de un asalto hostil contra nuestro país. Una aclaración de relevancia en los tiempos de oligarquización aguda en que el magnate Trump otorga al sector de los combustibles fósiles centenas de miles de hectáreas en tierras federales y en la reapertura en el mar territorial de EU a la perforación y explotación vedada luego de la catástrofe en el Macondo del Golfo ( La Jornada, 1/7/2010).
La toma hostil de EU se vincula a la desorbitada transformación del sistema para financiar campañas electorales, mismo que, “ se ha transformado en un mecanismo para la legalización del soborno… la mejor inversión es financiar el proceso político de algún candidato, contratándolo para privatizar los bienes comunes de la nación: el aire, el agua, la fauna silvestre, las pescaderías y las tierras públicas quitándoselas al público, privatizándolas y entregándolas a la ganancia privada. Todo para los cuates del carbón más sucio… todo para cabildos nucleoeléctricos y de los combustibles fósiles más sucios, más contaminantes, más venenosos y más adictivos.”
Acá ¿cónclave diplomático en embajada de Estados Unidos para exigir a AMLO luz verde a lo avalado por Peña Nieto: fracking tóxico; farmouts a tribunales a modo del T-MEC contra México ?
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