miércoles, 17 de junio de 2020

Salvajadas bancario-financieras
E
l solo anuncio del arreglo directo entre grandes firmas mexicanas y el BID Invest por 12 mil millones de dólares acalambró a millones que sufrieron y recordaron aquellos aciagos días del rescate bancario en la década de 1990, que mutó en deuda pública los adeudos de acaudalados oligarcas, estimados en 601 mil 341 millones de pesos (hoy, cerca de 25 mil millones de dólares). Al enterarse del arreglo, el presidente López Obrador negó el respaldo a la transacción y darle aquiescencia de la finanza pública sin dejar de recordar que, en política, las formas son contenido. No es para menos. Según datos del Instituto para la Protección del Ahorro, entre 1999 y 2018 todos los y las mexicanas pagamos por ese rescate la friolera de ¡2.68 billones de pesos! (hoy, casi ¡110 mil millones de dólares! de las mermadas arcas públicas que recibió el nuevo gobierno. Ese rotundo no a más deuda, ¿lo puede revertir el Banco de México que parece ajeno a la poca civilidad de las normas de desempeño del BID Invest? (Ver Daniel Becerril, Reuters, 28/4/2020)
Lo que para la población es pesadilla, para uno por ciento es ansia por privatizar ganancias y socializar costos. Ya se sabe que con la condicionalidad cruzada del FMI en lo macro y por rama del Banco Mundial/BID –incluido BID Invest– no se juega. Esos entes se presentan como multilaterales. Pero sus sistemas de votación se rigen bajo el principio de un dólar un voto, no de un país un voto. Están bajo el dominio de Estados Unidos y socios europeos: añádase que el Tesoro de EU es dueño de 51 por ciento del Banco Mundial, cuya corporación internacional de inversión propaga su condicionalidad con el BID Invest. Con el voto de algunos de sus socios, EU logra poder de veto. Así esas multilaterales operan en consonancia con la unilateral e ilegal diplomacia de fuerza de EU: aplicación de aranceles, créditos para los Bolsonaros, sanciones a Cuba, Venezuela o Irán.
Rusia, China y el Brasil de Lula otorgaron créditos al FMI para democratizarlo, pero hasta hoy todo permanece tal cual. Ni asomo de que alguien de África, América Latina o Asia asuma la presidencia de ese ente. Persiste el dominio euro-EU, por lo que vale revisar la condicionalidad desde la que opera el BID Invest para luego revisar algunas recomendaciones y comentarios generales de numerosas ONG de la sociedad civil latinoamericana y de EU sobre políticas de sostenibilidad ambiental y social del BID Invest revisando esas normas de desempeño.
Merece atención la condicionalidad cruzada, ya que el BID Invest es un ente de corte colonial del capitalismo de cuates que opera desde la desnacionalización del proceso de toma de decisiones” en áreas vitales a toda democracia soberana de la periferia, en especial en torno a la jurisdicción del Estado en el despliegue territorial de infraestructura vital (vías de comunicación, transmisión eléctrica, gasoductos, oleoductos, acueductos, carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos y recursos naturales estratégicos, bosques y biodiversidad, así como la privatización de las decisiones en materia de endeudamiento. Desde 1982, la desnacionalización de las decisiones se profundizó antes de negociaciones cruciales, sea en torno a un TLCAN con Salinas o al recate bancario y de los ferrocarriles (con Zedillo) o la reforma energética con Peña, consumada luego de cuatro sexenios de deliberado debilitamiento y ataque fiscal a Pemex. No es casual que, con Bolsonaro, Trump fomente un TLC con Brasil.
Ante el arreglo BID Invest con la IP, vale revisar la inadmisible condicionalidad cruzada bien captada por Arturo Ortiz Wadgymar en Política económica de México 1982-1997 (Nuestro Tiempo, 1997) valioso libro porque además de los componentes internos que incluyen la desregulación a favor de empresarios y banqueros ( La Jornada, 8/8/2015) también aborda lo relativo al sector externo. El listado de condiciones FMI-BM-BID incluye la apertura total e indiscriminada a la inversión extranjera y mercancías de fuera; “una política cambiaria altamente flexible que permita la entrada y salida libre de los capitales nacionales y extranjeros sin intervención del Estado y libre oportunidad de especular en bolsas de valores globalizadas…” ( Ibid, p. 17) ¿Es la oposición del Ejecutivo a que sigan haciendo lo que les venga en gana lo que molesta a algunos jerarcas empresariales? ¿Seguir especulando, empobreciendo, envenenando y calentando la atmósfera? Ya el saqueo generalizado, en tiempos del Covid-19 luce su brutal faz por el precariato que abate a más de 50 por ciento de familias mexicanas.
Hechos deuda pública, ¿irían los fondos BID Invest a esas bolsas globalizadas sin abandono de la superexplotación de la fuerza de trabajo en abierta y vulgar oposición a la 4T, que va por la recuperación del timón petroeléctrico para transformarlo, vía la transición, a energías limpias como única alternativa al colapso bioclimático en curso?

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