jueves, 21 de junio de 2018

Unilateralismo agresivo (UA)


John Saxe-Fernández, La Jornada a Jueves 21 de Junio de 2018.

E
n medio de la condena mundial ante los imperdonables asaltos contra la integridad de más de 2 mil niños y sus familias migrantes y haciendo gala de una crueldad nazi para halagar a su base electoral, separando a infantes de madres y padres, Donald Trump escenificó varios berrinches que merecen atención. Uno luego de la reunión del G-7, donde rechazó el comunicado, con alta agresividad comercial hacia sus socios europeos (que mostraron padecer de patética rusofobia). El otro incidente dedicado a culpar al primer ministro Justin Trudeau, de Canadá, por decir que su país respondería a los aranceles al acero y aluminio de manera equivalente.
Jim Hoagland, de The Washington Post (14/6/18), en ¿Qué está tratando de esconder Trump, culpando a Canadá?, indica que la respuesta puede asustar a cualquiera: se trata de protagonismos que esconden una escalada en aranceles, contra todos, en especial China y/o un asalto sistemático a los organismos multilaterales de comercio.
Días después se informó que Michael Hirson, director sobre Asia del grupo Eurasia en Nueva York, señaló que ya está en marcha una primera ronda de aranceles (contra China) en mercancías por 50 mil millones de dólares y el riesgo de escalada a una segunda ronda es considerable. En síntesis: ya estamos en plena guerra comercial mundial.
Así se documenta en la Agenda presidencial de comercio 2018, de la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos. La geopolitización de las relaciones económicas internacionales es precipitante mayor de guerra mundial (A. Millward, 1986). Trump aprieta el gatillo nuclear mediante asaltos de unilateralismo agresivo (UA), que van de lo bélico/comercial en un contexto crecientemente catastrófico en materia climática y de biodiversidad. La escalada arancelaria contra China y su fondo geopolítico es de alta explosividad si se atiende a los precipitantes históricos que detonaron en el siglo XX las dos guerras mundiales y si además se consideran, del lado del negacionismo climático de Trump, los preparativos del Departamento de Defensa (DoD) a mediano plazo, ante las megamigraciones y la desestabilización sociopolítica y económica que acarrearía el colapso climático antropogénico (CCA) en curso, desde las grandes megalópolis del planeta localizadas en las costas. Es un CCA alentado por un gobierno salvaje que frena o revierte toda medida orientada a contener el ritmo creciente de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), ligadas a la alta tasa de ganancias de la poderosa fracción que goza la ganancia vinculada al predominio de los combustibles fósiles y de la máquina de combustión interna.
Además de inyectar billonarias partidas a la guerra, el trumpismo alienta la geopolitización de las relaciones económicas vía el UA, parte del proteccionismo comercial de Estados Unidos (ver J. N. Bhagwati, Agressive unilateralism, Michigan University Press, 1990).Mientras Trump, el comandante en jefe del DoD es negacionista del CCA, son amplios los escenarios, contingencias e incluso la incorporación del CCA en su inversión para la infraestructura de bases y tropa de ocupación de áreas biodiversas, repletas de agua dulce, minerales y combustibles fósiles como la región amazónica; fuerzas desplegadas por el Comando Sur bajo los Temer de este mundo. Todo ello ante el colapso de civilización de una abrupta y acelerada elevación de los niveles marítimos: James Hansen advierte que de seguir sin regulación de GEI, es probable en este siglo una elevación de dos metros en los niveles oceánicos. El negacionismo climático de Trump y el UA comercial y de seguridad nacional contra China y Rusia agudiza el riesgo de convergencia de catástrofe bélico/climática al priorizar la ganancia a costa de la biosfera planetaria.
En la introducción a la Agenda Comercial 2018 de Trump se plantea una reforma del sistema multilateral de comercio, ya que “la Organización Mundial de Comercio (OMC) en lugar de regular a países como China, que distorsionan el mercado… les otorgan ventajas injustas contra Estados Unidos. No promueve “mercados más eficientes, la OMC ha sido usada para mantener barreras arancelarias, tolerar el dumping, los subsidios y otras prácticas que distorsionan al mercado”.
Estados Unidos anuncia que aplicará el UA y no permitirá que la OMC o cualquier otro organismo multilateral nos frene en acciones esenciales al bienestar económico del pueblo estadunidense. Se estipula que “en respuesta a la competencia económica, la Estrategia de Seguridad Nacional determina que ‘China y Rusia representan un reto al poder, la influencia y los intereses de Estados Unidos’. (Ambas) intentan minar la seguridad y prosperidad estadunidese’. Estos retos no se limitan al campo de la seguridad nacional porque también impactan la política comercial”. De responder China, Washington anuncia aranceles por 100 mil millones de dólares.
En el horizonte la convergencia de recesión/depresión y guerra mundial.
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viernes, 8 de junio de 2018

México y la guerra económica (II)
John Saxe-Fernández, La Jornada a Jueves 7 de Junio de 2018.

L
os procesos electorales que vive la nación, ya en su etapa final, se realizan en un clima difícil por la ola de violencia. ¿Espontánea o desatada por fuerzas interesadas en desactivarlos? Ya que en estos comicios la propuesta económica alternativa al devastador neoliberalismo, articulada por Morena, concita un consenso arrollador. Este planteo se da frente a un enrarecido tablero económico y geopolítico mundial afectado por el unilateralismo comer- cial y militar de Donald Trump y su America first, dirigido a México y Canadá en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y a la Unión Europea (UE) en el ataque al Acuerdo Nuclear (AN) con Irán, esto último con efectos negativos para firmas europeas, rusas, chinas e iraníes.
Con Ricardo Anaya y José Antonio Meade enfilados al continuismo, la propuesta de Andrés Manuel López Obrador cobra fuerza en un contexto mundial que ya roza en guerra comercial, elevando la relevancia práctica para la seguridad, medidas como el fortalecimiento del mercado interno, el remozamiento y la ampliación de los encadenamientos productivos aniquilados por 36 años de ataques al aparato productivo nacional, industrial y agrícola, lo cual no es mirar para atrás, sino recuperar capacidades para enfrentar el momento actual.
Mientras Trump advertía que podría imponer aranceles a las importaciones automotrices de Canadá y México, también de Japón, Alemania y China, la prensa alemana anunció que la canciller Angela Merkel viajaba a China en plena guerra comercial con Estados Unidos. Además, Heiko Maas, ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, en visita a Washington y luego de promover sin éxito ante Mike Pompeo, ahora secretario de Estado, la renovación del AN, calificó el ataque de Trump a ese acuerdo de clara amenaza a la seguridad internacional.
La economía mundial y la estadunidense, como puede apreciarse en los hechos históricos y contemporáneos, no se rige desde la sabiduría de la mano invisible del mercado. Así lo plantean quienes articulan sus codicias e intereses desde el globalismo pop. El TLCAN no globalizó la economía mexicana, sino que la imperializó y devastó. No es la dinámica del mercado sino la de las relaciones intrafirma del capitalismo monopólico/financiero, con intenso uso de los instrumentos de Estado, lo que rige a la economía mundial, máxime para una élite históricamente proteccionista y belicista, como ha sido y es la de Estados Unidos. Cierto que Washington utiliza la retórica librecambista, es lo usual a todo hegemón, como ironizó Bismark, temeroso de que otros sigan su ejemplo.
En este contexto es de relevancia mayor, para el público general y quienes aspiran a la construcción social y económica alternativa, la recuperación histórica y analítica del libro de Arturo Ortiz Wadgymar, La apertura económica de México 30 años después: del GATT a Trump (Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM, 2017). Con lenguaje directo y línea argumental sólida se revisan temas relevantes como la política comercial de México entre 1980 y 1993, y sus antecedentes. La bien lograda síntesis del periodo sustitutivo de importaciones, sus grandes éxitos, como lograr tasas de crecimiento de poco más de 6 por ciento anual y sus fracasos y problemas; abre puertas para el estudio de las fortalezas y vulnerabilidades que hoy enfrenta la nación.
En un medio de gran crisis y confrontación mundial entre las grandes potencias, en México “Existió un fuerte nacionalismo, manifestado mediante políticas independientes y diversas nacionalizaciones como la petrolera y la de los ferrocarriles, todo esto sirvió de apoyo a una política de autodeterminación, que mucho preocupó a Estados Unidos (…) se inició el desarrollo industrial con el avance en materia de petroquímica, hierro y acero, industria alimenticia, fertilizantes y otras ramas estratégicas más, que se basaron en una fuerte intervención del Estado (…) los logros no fueron de ninguna manera despreciables, aunque reconociendo las limitaciones y errores de este periodo (…) hubo excesos y derroches, así como creciente dependencia del capital extranjero para financiar los persistentes déficit de la cuenta corriente, lo cual a la larga habría de generar el desequilibrio con el exterior y la deuda que llevó a que lo logrado se esfumara a partir de 1982, en que toma carta de naturalización la política económica antinflacionaria, basada en los programas de ajuste bajo la supervisión del FMI que persisten hasta nuestros días.”
Desde el inicio, Ortiz Wadgymar toma nota de la hostilidad de Trump como candidato y presidente hacia nuestro país y se alarma con razón: ahora el mandatario estadunidense plantea aranceles a la industria automotriz con dedicatoria a México. Los Angeles Times reveló que un alto funcionario en condición de anonimato dijo que Estados Unidos usaría la seguridad nacional para presionar a México durante la etapa final de las negociaciones y justificar un arancel de 25 por ciento. Usó el mismo argumento en marzo para perjudicar las importaciones de acero y aluminio.
¿A qué gobierno mexicano daña ese ataque: al que sale o al que entra?
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