jueves, 18 de abril de 2013


Arrebato y bonanzashale
John Saxe-Fernández, La Jornada, Jueves 18 de Abril de 2013.
L
a vertiginosa tasa de declive de la producción de gas y petróleo en lutitas o gas shale detectada en estudios de Arthur Berman y Lynn Pittinger (La Jornada, 7/3/12 p.31) y por el geólogo J. David Hughes en los registros de producción diaria de 65 mil pozos en 31 cuencas de Estados Unidos, contrasta con el optimista arrebato de gobiernos, partidos políticos y legisladores del Bravo al Cabo de Hornos, propensos más al negocio fácil (por decirlo de manera generosa) que al análisis riguroso. Encabezados por Obama, el cabildo fósil y Wall Street, los promotores dicen que con gas y petróleoshale vendrá una revolucionaria bonanza energética centenaria, se auspiciará bienestar y empleo, la independencia energética de Estados Unidos y según firmas bancarias y de inversión tipo Citigroup dueño de Banamex ¡América del Norte será el nuevo  Medio Oriente! Pero el dato duro indica que al sur del Bravo, como advirtió Berman a Peniley Ramírez (Reporte Índigo 10/4/13) el shale es una aventura peligrosa.
La coincidencia del desplome del precio del gas en Estados Unidos y el furor por ampliar el mercado de capitalesshale, que ya arrasó con los ahorros de miles de pequeños, medianos y grandes inversionistas, llamó la atención de Deborah Rogers, analista financiera cuyo estudio Shale and Wall Street, (Energy Policy Forum, 2013) detecta que las grandes firmas bancarias y de inversión de Wall Street se beneficiaron de ese colapso: en 2012 ganaron más de 45 mil millones de dólares –mmd– por servicios, honorarios y otros rubros vinculados a procesos de fusión y compra (merger & acquisition). Por lo que en más de un sentido son cruciales las mencionadas investigaciones geopetroleras para determinar si el shale puede gestar o no una era de bonanza energética.
El reto es magno: desde los años 70 hasta hoy, recuerda Hughes, el consumo mundial de energía se duplicó y más de 80 por ciento vino de los combustibles fósiles (CF). Además, en paralelo al descenso de los CF convencionales,en los próximos 25 años el consumo aumentará otro 44 por ciento con 80 por ciento proveniente de los CF (Ibid).
Según datos oficiales, el petróleo convencional y no-convencional de Estados Unidos llegaría al máximo de producción de 7.5 millones de barriles diarios (mbd) en seis años (muy abajo del máximo de 9.6 mbd del petróleo convencional en 1970) mientras el inusitado aumento del 40 por ciento de la producción de gas shale en Estados Unidos llegó a una meseta a finales de 2011: el 80 por ciento del gas shaleviene de cinco cuencas, varias de ellas en declive”(Ibid). Por las altas tasas de declinación que muestran los registros diarios de los pozos, se perforaron más de 7 mil pozos con una inversión de 42 mmd en 2012, sólo para mantener el nivel de una producción valorada ese año ¡en 32 mmd!
El estudio de Hughes indica que la producción del tight oil también creció mucho representando cerca de 20 por ciento de la producción total, revirtiendo años de descenso. Más de 80 por ciento viene de dos cuencas: Bakken en Dakota del Norte y Montana e Eagle Ford al sur de Texas. Otras fuentes representan menos de 20 por ciento. Por su alta tasa de descenso se perforan más de 6 mil pozos con un costo de 35 mmd anuales para mantener la producción. El autor estima que el techo llegará en 2017 a los 2.3 mbd declinando a 0.7 mbd en 2025. Entonces, ¿en base a qué cálculos, firmas y gobiernos siguen promoviendo el negocio shale?
Hughes dice que es porque centran la atención en la cantidad estimada de recursos in situ asumiendo una fracción recuperable y procediendo luego a dividir esas reservas técnicamente recuperables por la tasa de consumo, resultando en décadas si no es que siglos de consumo futuro. Así se infla la burbuja shale dejando a un lado dos rubros esenciales para determinar la viabilidad de cualquier fuente energética: 1) la tasa de suministro de energía; es decir, aquella en que el recurso puede producirse. “Una gran cantidad de recurso in situ no dice nada si no puede producirse de manera consistente y en las grandes cantidades necesarias, características que”, dice Hughes, son afectadas por factores geológicos, geotérmicos y geográficos (que luego se expresan en costos económicos) y 2) la tasa de producción neta (TPN) de energía, que es la diferencia entre la cantidad de energía usada en la producción del recurso y la energía contenida en el producto final. Así, para Hughes no es tanto un problema de recursos sino de tasas de suministro. La TPN de los fósiles no-convencionales es muy menor a la de los CF convencionales, su declinación es exponencial y su explotación (fractura hidráulica) se asocia a enormes costos en salud humana, animal e impactos ambientales por lo devastador y tóxico de esa técnica sobre gente, agua y atmósfera.
En más de un sentido el gas shale estóxicobig oil y Wall Street inflan la burbuja: ocultan pérdidas y –dice Berman–, usan artilugios financierospara mantener “la ilusión del gas shalecomo el futuro...energético mientras esperan tiempos mejores”.

jueves, 4 de abril de 2013


Chávez y el petróleo
John Saxe-Fernández, La Jornada, Jueves 4 de Abril del 2013.
N
osotros venimos a decir a ustedes que vamos a reivindicar el legado de Hugo Chávez. Nosotros no tenemos precio, no somos burgueses. Venimos a trabajar y hacer socialismo. Con estas palabras Nicolás Maduro, candidato del Partido Unificado Socialista de Venezuela, cerraba un mitin ante miles de militantes de los partidos políticos que apoyan su candidatura luego de ser recibido por la gente de Ciudad Maturín, estado de Monagás, parte de una agitada campaña de cara a las elecciones presidenciales convocadas para el 14 de Abril, tras la muerte del presidente Chávez el 5 de marzo.(La Jornada, 30/3/13, p 32). Nueve meses antes Chávez había planteado, al discutir el programa de gobierno para 2013-2019, que a la tesis reaccionaria del imperio y de la burguesía contra la patria, nosotros y nosotras oponemos la tesis combativa, creativa y liberadora de la independencia y el socialismo como proyecto abierto y dialéctica construcción.
El programa ofrece cimientos humanos y materiales, socio-políticos, científicos, técnicos y militares, para profundizar la construcción social alternativa que por 14 años proyectó el gobierno de Chávez, desde lo local y nacional a lo regional y mundial. Sin duda, dada la dimensión de su reserva petrolera certificada como la mayor a nivel internacional, junto a la de Arabia Saudita, conviene revisar algunas de las modificaciones y logros en este crucial ramo en el que los retos son tan inmensos y multifacéticos como conciso es el proyecto de transformación del petróleo a través de un ambicioso programa de construcción de refinerías y de una revolución petroquímica esbozada para 2013-2019 y más allá. Pasar del neo-extractivismo a una sistemática política para agregar valor al crudo sería un cambio histórico que tiene como fundamento la recuperación de la renta petrolera, dilapidada y entregada al big oil (Exxon-Mobil, Chevron-Texaco, Conoco-Phillips, British Petroleum, Shell, etcétera) bajo un diseño oligárquico-imperial en que estas firmas se apoderaban de 84 por ciento de la renta petrolera y pagaban regalías por uno por ciento.
Ese arreglo en el que una elite entregaba un bien estratégico no renovable por una limosnera y corrupta co-participación en la apropiación del excedente empezó a modificarse tan pronto Chávez, por mandato electoral abrumador ocupó Miraflores en 1999 y en 2001 Bush y Cheney, ex gerente de Halliburton, sin mandato electoral, arrebataron la Casa Blanca a Albert Gore por un voto amigo en la Suprema Corte.
Tan pronto el Congreso venezolano aprobó en 2001 la nueva Ley de Hidrocarburos acotando el saqueo delbig oil al 70 por ciento de los ingresos por las ventas y un pago de regalías que pasó del primero apenas a 16.6 por ciento, se acentuaron los ataques a Chávez en radio, tv y prensa, en una vasta y multimillonaria campaña de vilipendio desplegada en Caracas y el mundo por los poderosos círculos que a lo largo del Siglo XX hilvanaron en América Latina y el Oriente Medio, los intereses del big oil con los de laseguridad nacional de Estados Unidos. Chávez fue demonizado. Dado el papel central del petróleo en el ascenso hegemónico de Estados Unidos no es novedad la hostilidad imperial a la menor manifestación de independencia petrolera y de nacionalismo económico que no sea el propio.
Así ocurrió en los años 30 ante la nacionalización petrolera de Bolivia y contra Lázaro Cárdenas, quien fue denunciado por la prensa de Estados Unidos en 1937 por tratar de instaurar una dictadura petrolera en México.
Acabada la Segunda Guerra Mundial la primera gran operación petrolera de la CIA en 1953 durante el gobierno de Eisenhower fue para derrocar al primer ministro Mohammad Mossadegh, nacionalizador del petróleo iraní. La CIA y sus pares británicos desataron una desestabilización económica y político-militar captada con excelencia por S. Kinzer (All the Sha’s Men, Wiley & Sons, 2003) resaltándose la facilidad con que, por unos dólares, se alquilaban cuadros para realizar operativos, unos matando al azar a gente de los barrios de Teherán, otros con multitudinaria violencia callejera, a favor o contra Mossadegh, pero siempre para debilitar sus apoyos y legitimidad, eso sí, difundidos pronto por las agencias noticiosas para mostrar su comunismoo incapacidad para controlar la violencia interna. Kinzer ofrece un relato importante para el análisis comparativo entre la ofensiva clandestina contra Irán entonces y ahora y la intensa hostilidad imperial a la construcción colectiva de un proyecto bolivariano y nuestroamericano.
El rechazo de Chávez al principio deextracción máxima impulsado por Estados Unidos, el gran consumidor per capita de crudo para abatir los precios, concitó más encono de Bush-Cheney al mando de una diplomacia de fuerza con la mira en la Organización de Países Exportadores de Petróleo, empezando con un golpe de Estado (fallido) contra Chávez en abril de 2002 seguido por una brutal y genocida guerra de agresión a Irak y luego una guerra relámpago sobre Libia.