jueves, 1 de abril de 2004

Cuba y los Hoyos de Dona

John Saxe-Fernández
La Jornada.
México 1° de abril de 2004.

La postura de Washington de cara a la soberanía y a la independencia de Cuba se ha orientado, históricamente, a su extinción "antes" de que existieran naciones comunistas, persistió "durante" la vigencia de la URSS y se profundiza ahora, "después" del colapso soviético.

Cuando se analiza contemporáneamente esta hostilidad, téngase presente que el Golfo de México se ha posicionado, según las más recientes evaluaciones geológicas, como una de las principales cuencas petroleras del planeta. Como lo ha señalado Fabio Barbosa en su importante trabajo El petróleo en los Hoyos de Dona (Porrúa IIE, 2004), aunque el Golfo es una de las zonas más intensamente exploradas y perforadas del mundo, apenas recientemente se cuenta con la información necesaria para concluir que es una de las áreas con alta concentración de hidrocarburos, por lo que bien puede considerársele una nueva "frontera emergente", es decir, que es parte de lo que David Rainey, de British Petroleum, califica de "una nueva geología y una nueva geografía petrolera". (pp 59-72).

Los geólogos mexicanos no han dudado en definir al Golfo de México "como una de las tres más grandes provincias petroleras del mundo" (p.99), lo cual, como indica Barbosa, es destacable porque en los debates sobre los llamados Hoyos de Dona (pp.15-17), con frecuencia se minimizó la importancia petrolera del golfo. Sólo para México se estima que son del orden de entre 43 mil y 59 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente acumulado en rocas del Terciario y Mesozoico. Para el Golfo, que además de la mexicana incluye las respectivas zonas de Estados Unidos y Cuba, la cifra estimada asciende a poco más de cien mil millones.

Cabe aclarar que el término Hoyos de Dona se utiliza para denominar "una línea extrañamente discontinua" consistente en dos porciones, la occidental y la oriental, que rebasaron las 200 millas correspondientes a México y Estados Unidos, y los límites, en estas porciones, que no se negociaron en el Tratado sobre la Zona Económica Exclusiva de 1977.

Es decir, no se trata de hoyos ni tienen forma circular o de dona. Durante la relación especial entre Salinas y el aparato de seguridad nacional de Estados Unidos, bajo el mandato de Bush padre, se hicieron concesiones secretas en las delimitaciones de los Hoyos de Dona, mismas que fueron denunciadas por el senador José Angel Conchello, principal impugnador del Fobaproa desde al PAN, quien pereció en un extraño accidente automovilístico.

Sobre este grave asunto Barbosa comenta que por años se ocultaron al pueblo de México los pormenores de estos "arreglos", "formando parte de lo que calificamos como la diplomacia secreta. Presumiblemente el primer gobierno de los Bush pretendía dejar fuera de la negociación al gobierno de Cuba, pues sorprende que se señalan claramente 'dos zonas' y no se haga ninguna mención de ese tercer país, con derechos incuestionables sobre la Dona Oriental" (p.38).

Así, la participación cubana no es menor y, para consternación de los intereses articulados por el actual gobierno de Bush, esta nación ha empezado a establecer relaciones con consorcios como Petrobras, de Brasil, que dominan la tecnología para la perforación marítima profunda. Se trata de formaciones geológicas en que colindan las jurisdicciones de los tres países y en las que las empresas petroleras estadunidenses han iniciado actividades de perforación que afectan los intereses de las otras dos naciones, por lo que se conoce como el efecto popote, entendido no tanto como la perforación "horizontal", sino debido al drenaje ocasionado por la gravitación, a favor de quienes se adelantan en la extracción del crudo en grandes yacimientos con las mencionadas colindancias.

Considerando el notorio y abrupto agotamiento de la reserva petrolera de Estados Unidos y el gran interés por la Tercera Cuenca por empresas petroleras y de servicios íntimamente vinculadas a la Casa Blanca de Bush, es necesario agregar el factor geoestratégico que representa la participación cubana en los recursos petroleros del Golfo y su impacto en la planeación militar del gobierno de Bush -y de los intereses petroleros que representa- hacia Cuba y sus riquezas de hidrocarburos en la Dona Oriental.

Podríamos afirmar que el peligro de una operación contra la isla se ha acrecentado como resultado de la "nueva geografía petrolera" del Golfo de México, de la desmedida ambición y codicia por el petróleo cubano -y mexicano- y de la peligrosa proclividad hacia el unilateralismo de la camarilla que hoy domina las decisiones de la oficina oval. Por lo que es necesario agregar, como ha documentado el economista Gian Carlo Delgado Ramos, que una acción militar contra Cuba "... bien podría ser una carta ante un escenario electoral dramático y las señales de su posibilidad las daría el informe de países terroristas que Estados Unidos dará a conocer en mayo de este año y en el que seguramente incluirá a Cuba, de ahí que Fidel Castro considere que 'estamos en un momento de gran peligro'".

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