La Jornada.
México 14 de septiembre de 2006.
Al parecer Fox no considera suficiente haber sido señalado como fuente principal de las ''irregularidades'' del proceso electoral, y va por más. Como en el caso de la ilegal intervención de la iniciativa privada, las anomalías fueron mencionadas, pero nunca sancionadas por un Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) políticamente imprudente y constitucionalmente insolvente.
El aval del Tribunal a la impunidad en el proceso electoral tiene como telón de fondo la gran corrupción perpetrada contra la hacienda pública mexicana durante los últimos sexenios, incluyendo el que fenece. Los criminales de cuello blanco no quieren dejar de ser los policías de su propia conducta, ni en Pemex-CFE ni en el caso IPAB-Fobaproa.
La corrupción electoral perpetrada por Fox et al, se debe a la necesidad de mantener la garantía de la impunidad, arriesgando como nunca antes la paz social y la vida de millones.
La aversión de Fox a Andrés Manuel López Obrador no es sólo psicológica: tiene como fondo el compromiso del tabasqueño con el electorado a abrir la cloaca del Fobaproa-IPAB y mantener el patrimonio petrolero y eléctrico, se genera por el temor que produce su amplia aceptación en el electorado, y adquiere peculiaridades que sólo el sillón psicoanalítico, junto con una necesaria y amplia auditoría de las operaciones interestatales (fundamentalmente con Estados Unidos) y empresariales del sexenio podrían elucidar cabalmente.
El tráfico de personas y de influencias de lo público a lo privado y viceversa, se expresa en un modus operandi más de corte gansteril que de un Estado soberano. La legalización del robo en las urnas se sustenta en la necesidad de mantener el poder a como dé lugar para seguir sustentando la legalización del robo a secas, por medio de, entre otros mecanismos, las consabidas ''reformas estructurales''.
Samuel del Villar no nos deja olvidar (Agravios nacionales, Océano,2006), que Martín Werner, el subsecretario de Hacienda de Zedillo, cuando Guillermo Ortiz era secretario, firmó el aval de los pagarés que documentaron la deuda del Fobaproa por la compra de la cartera de los bancos, y que una vez que el IPAB asumió sus deudas y su cartera, Werner se pasó a Goldman Sachs de Nueva York, ''una de las casas que se distinguió por comprar a un ínfimo valor la cartera documentada por él mismo como subsecretario'' (p.78). Y Jonathan Davis, designado durante este gobierno como presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), fue tesorero de la Federación con Zedillo y junto a Werner, ''y con la misma ilicitud'' firmó el aval de los pagarés por los que el Fobaproa asumió la deuda de los banqueros de Salinas. El lugar clave para tapar la corrupción de la función bancaria y asegurar la impunidad es precisamente la CNBV, la institución encargada de investigarla, corregirla y sancionarla''.
El pánico mostrado por Fox ante el ascenso de AMLO tiene múltiples ''razones'', entre las más destacadas: la sumisión de su gobierno ante Francisco Gil Díaz para inflar la deuda y los pagos del Fobaproa-IPAB a los bancos y al Banamex de Roberto Hernández, en particular, pasándolos de 3 millardos de dólares -el precio inflado de su privatización (2.62 veces de su valor en libros)-, a 12 millardos, facilitando esa gran operación contra México: ''El precio de venta de Hernández a Citicorp fue equivalente al reportado por los 18 bancos privatizados por Salinas y a 58% del precio total de las 228 entidades privatizadas por su gobierno por conducto de la SHCP (Pedro Aspe-Guillermo Ortiz)'' (p.79).
Es en el contexto de éstas y de cientos de operaciones similares que es necesario analizar la persistencia de Fox en su campaña contra AMLO y sus seguidores. Fox está empeñado en intensificar la crispación que padece la nación después de la usurpación electoral. Ahora hace chistes y juegos de palabras para intensificar el encono que ensombrece el panorama postelectoral: la semana pasada señaló que Calderón ''cuenta con el apoyo total e incondicional de su administración para que tenga un despeje rápido''. ''Despeje'' fue un término que repitió con franca complacencia varias veces.
La intensificación de la saña ya la vivimos: por Internet son frecuentes los insultos. También las amenazas, como la siguiente que me envió alguien -o alguna oficina- que se hace llamar Ricardo López dricardolopezlira@yahoo.fr ''Qué bárbaros, que gran hazaña realizaron ayer... Demostraron en un solo acto su naturaleza animalesca y bestial. ¿...van a celebrar esto?... Además son muy chistositos: ustedes -perredistas- quieren jugar sin respetar ninguna regla, mientras que su opositor debe acatar TODAS, verdad?, y si no es un represor, un tirano, etc. Si mandaron a la tropa, fue porque ustedes -bestias infelices- iban a bloquear el paso al palacio... sin embargo se hacen pasar como inocentes peregrinos a La Villa cuando se les reprime. Ojalá esto aporte un elemento más a su ya acelerado desprestigio, porque la verdad, todos ustedes no valen ni las balas que habría que usar para aniquilarlos''.
¿Es esto lo que Fox contribuye a desatar?
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