jueves, 26 de noviembre de 2015


COP21: ¿en ruta al abismo?
John Saxe-Fernández, La Jornada a Jueves 26 de Noviembre de 2015.
C
on el aumento del calentamiento global (CG) registrado por centros especializados y satélites alrededor del planeta y eventos climáticos que ya afectan a millones en todos los continentes, difundidos al mundo desde agencias noticiosas y redes sociales, crecen los movimientos a favor de regulaciones efectivas y vinculantes para el control de las emisiones de gases con efecto invernadero (GEI) CO2, metano etcétera. Con dato duro de la Organización Mundial de Meteorología (OMM), el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU, la Asociación para el Avance de la Ciencia y múltiples universidades y academias científicas, se advierte la necesidad de evitar un CG catastrófico e irreversible y que la ventana de oportunidad para hacerlo se cierra rápido ¿modificará la COP21 la ruta al abismo del fundamentalismo petrolero (FP) ?
Los movimientos sociales de Francia y el mundo son los más afectados por el FP, presente en los trágicos ataques terroristas del 13 de noviembre, que las autoridades atribuyeron al Estado Islámico (EI). Se trata de movimientos ciudadanos que estarán en París activos durante dos semanas (con una magna manifestación el 30 de noviembre en la que se esperan 200 mil personas) para presionar a favor de compromisos con blindaje legal contra los GEI, según dijo a Democracy Now Alix Mazounie, coordinadora de internacionales de la Red Francesa de Acción Climática. Alix citó a Laurent Fabius, el Ministro de Relaciones Exteriores de Francia, que favorece mantener alguna forma de expresión pública durante la COP. Buscamos opciones. Obvio nos preocupa la seguridad del pueblo francés, la seguridad de todos los que deseen expresarse sobre el cambio climático, en las calles de París.
Pero, como dice Alix, Fabius no es el encargado de la seguridad, por lo que preocupa que voceros oficiales que sí lo están, usen criterios similares alHomeland Defense de Estados Unidos, ajenos a la cultura política francesa y se inclinen por prohibir desfiles, reuniones, actos artísticos, al tiempo que permiten operaciones hoteleras, de restaurantes e incluso actos deportivos, como si el desplome de la facturación en esos rubros, por los ataques, fuera más relevante que las decisiones de casi 200 jefes de Estado rodeados de policías, militares y cabilderos de corporaciones emisoras de GEI. Esta COP se realiza en el contexto de laguerra global al terrorismo, eje de la diplomacia de fuerza de Estados Unidos, con Obama y Kerry bajo presión republicana, reticentes a otorgar cobertura legal al recorte de GEI, urgente desde 1992.
Los protocolos del anti terrorismo incluyen la criminalización de la protesta social rotulándola de terrorista. El vocero del Centro de Información Anti-Terrorista de California dice: “uno puede hacer fácil el vínculo (entre la protesta social y el terrorismo internacional) porque como podría haber terroristas infiltrados en la protesta…(U)no puede casi argumentar que cualquier protesta es un acto terrorista”.(Ver F. Morales Homeland Defense (www.globalrsearch.org).
Tanto en los ataques del 11/S en NY como en los de París, el fundamentalismo petrolero (FP) está presente, como lo mostró Gregg Muttitt(The Fuel in the Fire, 2012) con mil minutas secretas, desclasificadas, de las reuniones del gabinete de Blair mostrando que el acceso al petróleo estuvo (y está) entre los objetivos centrales de la guerra de agresión contra Irak, mientras petróleo clandestino y fondos de donantes vinculados a su explotación, apoyan al EI. De igual manera el FP está presente en lo que la prensa de EU califica de sabotaje republicano a la COP21, encabezado por el senador Mitch McConnell. Tanto Bush/Cheney y Blair- en Irak, como el EI en París y republicanos vetando regulaciones vinculantes a los GEI, con apoyos delbig oil encabezado por Exxon, emanan fundamentalismo petrolero (FP) por todos los poros. Por ejemplo, en momentos oportunos de una sesión legislativa para la anulación de los mega millonarios subsidios otorgados por EU al big oil (cientos de miles de millones) “llegaron poco más de 131 mil dólares en contribuciones de campaña a los cofres de Mitch McConnell desde petroleros localizados en Midland Texas y en tres días la propuesta de ley se rechazó. Poco después Bill Moyers (January report), ex secretario de prensa del presidente Johnson, documentó que las firmas que cabildearon contra todo intento de reabrir fuentes de empleo en EU,dieron un millón de dólares a McConnell para que ganara sus elecciones a cambio de proteger sus intereses. La denuncia de Moyer llevó al Courier-Journal.com de Kentucky a afirmar que de tiempo atrás McConnell dejó de servir al público. Sirve a intereses corporativos cuyos dineros alientan el obstruccionismo que plaga al Congreso. Tratándose, según esas fuentes, de grandes donativos para McConnell, entre otros de GE, Microsoft y Exxon Mobil, esta última con McConnell en el corazón del FP, empujando el mundo al abismo.

jueves, 12 de noviembre de 2015


        Exxon et al: escándalo del siglo XXI

                      John Saxe-Fernández, La Jornada a Jueves 12 de Noviembre de 2015.
El procurador general de Nueva York ejerció acción sobre ExxonMobil, la mayor petrolera en capitalización de mercado, para que entregue toda comunicación acumulada durante los últimos 40 años de sus investigaciones sobre el calentamiento global (CG) vinculado a las emisiones de gases con efecto invernadero, GEI (dióxido de carbono, metano, etcétera) por la combustión de fósiles. Tanto Los Angeles Times como el WSJ y el NYT destacaron la noticia. Según D. Hasemyer y J.H. Curshman (Inside Climate News-ICN-, 22/10/15) interesa al procurador saber cuánto del conocimiento generado transmitió Exxon a sus inversionistas, así como la duplicidad de incluir ese conocimiento en sus cálculos de negocios, liderando en la investigación sobre el CG, para luego, con sus dividendos en mente, sembrar dudas por décadas sobre la ciencia climática, frenando la acción contra el CG y alentando con decenas de millones de dólares, los cofres de negacionistas del fenómeno.
Advertida la demora por la Organización Meteorológica Mundial (WMO, en inglés) y por los mismos científicos de Exxon y dadas sus catastróficas consecuencias en el control de las emisiones de GEI, es crucial, en lo judicial, lo político y atmosférico transparentar las operaciones y la propaganda de Exxon et al, para desactivar iniciativas con el fin de controlar esos gases. Transformaron las incertidumbres propias del conocimiento científico, en armas masivas de confusión como ironiza ICN, sembrando dudas sobre la ciencia climática e impulsando la negación del CG asociado a la combustión de carbón, gas y petróleo. Exxon, con los petroleros Bush-Cheney en el bolsillo, en los inicios de ese gobierno (2001) exigió una purga de personal afin al consenso científico sobre el clima dentro y fuera de la presidencia, incluidos aquellos que conducían la relación de EU con el Panel Inter-gubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC en inglés), el cuerpo que define el consenso científico sobre el calentamiento global (que hoy es de 97 por ciento) que luego es transmitido a los gobiernos del mundo.
En su lugar Exxon impulsó a quienes disputaban los fundamentos de ese consenso, enfatizando la duda para desarticular la regulación de emisiones de GEI, gases que acompañan a las ganancias de la industria fósil, hoy en colapso moral y de precios, pese a ser, desde la Revolución Industrial, el combustible de la acumulación capitalista. Se indica que tras bambalinas Exxon interfirió con, y como se supo después, premió la censura de documentos científicos internos del gobierno.
Charles MacCracken, alto cargo sobre el clima en el Departamento de Energía y en la Casa Blanca, quien de los 70 a 1990 había colaborado con las investigaciones climáticas de Exxon, advirtió que el giro de la firma no se reduce a su actuación fuera del consenso científico, porque “oponerse a los hallazgos científicos más importantes (de la ciencia climática) es en verdad algo espantoso (appalling)”. En efecto, al tomar Bush-Cheney el poder, Randy Randol, principal cabildero de Exxon, se quejó en memo ante la Casa Blanca de los correveidiles del pasado, con agendas agresivas de combate al CG, que influían al IPCC en sus preparativos sobre el próximo consenso científico sobre el clima. Exigió la renuncia o el control de la influencia de MacCracken de cualquier decisión mientras “la contribución de EU al IPCC debía retrasarse”. El éxito del cabildo fósil, con el retiro de EU, Canadá y Australia del Acuerdo de Kyoto tuvo el efecto esperado: desarticuló, desmoralizó y demoró el esfuerzo por el control de los GEI. Aún así, el cabildo fósil acentuó duda y negacionismo como se hizo con el humo del tabaco, el DDT y la lluvia ácida (ver Oreskes y Conway Merchants of Doubt ).
A fines de los 70 los científicos de Exxon Research & Engineering (ER&E) reconocían que la causa más probable del calentamiento global (CG) se vincula a las emisiones de CO2. En su primer informe (1990) el IPCC asentó la certidumbre del CG y la necesidad de profundas reducciones en los GEI para aminorar la crisis a futuro. Los expertos del ER&E informaron a la cúpula de Exxon que era urgente enfrentar el problema a la brevedad, pero fue entonces que Exxon et al, mientras usaban la climatología para calcular los costos o beneficios del derretimiento polar en sus inversiones en el Ártico, atacaban iniciativas para regular los GEI. Hoy la WMO dice que en 2014 las concentraciones de GEI llegaron a un nivel récord (Greenhouse Gas Bulletin 9/11/15). Su secretario general, Michel Jarraud, dijo a Reuters que “las emisiones pasadas, presentes y futuras tendrán un impacto cumulativo en el calentamiento global y en la acidificación oceánica… más eventos extremos: olas de calor e inundaciones, derretimiento del hielo, niveles oceánicos al alza… Esto ocurre ahora. Hemos ingresado a territorio desconocido y a una velocidad que asusta”.
La acción de Exxon et al es espantosa e imperdonable.