jueves, 26 de octubre de 2017

El torrente imperialista IV: los berrinches de Trump
John Saxe-Fernández, La Jornada a Jueves 26 de Octubre de 2017.
S
i las noticias son correctas sobre la estupidez del gobierno de Estados Unidos (EU) de considerar a los Cuerpos Revolucionarios de la Guardia Islámica (CRGI) como un grupo terrorista, entonces los CRGI considerarán al Ejército de EU algo similar al Estado Islámico (EI) en el mundo. Así reaccionó Ali Jafari, el comandante de los GRGI, en línea con el presidente Hasan Rohani ante los insólitos ataques de Trump en papel de matón global contra Irán, tan graves o peores a los de George Bush en 2002, cuando colocó a Irán como integrante del eje del mal (con Irak y Corea del Norte). En la ONU Trump con el ojo en los combustibles fósiles, agregó a Venezuela. De Irán, dijo que es nación siniestra, un régimen fanático que encabeza la promoción del terrorismo y está en contubernio con al Qaeda. Son tantrums (berrinches) calculados. Quiere guerra por el gas natural de Irán y Qatar. Con negocios en mente y alto riesgo a la paz reniega de un convenio solemne, porque no gusta de los contratos de Irán con grandes bancos, petroleras, gaseras, automotrices, farmacéuticas, de la aeronáutica y espacial europeas, rusas y chinas.
Ante los millones de soldados de alta motivación y politización, desplegados a nivel regional y mundial por los CRGI, EU fracasaría a nivel bélico convencional con alto riesgo de que use armamento nuclear. Así lo advirtió Fidel Castro en entrevista con Michel Chossudovsky (Globalización de la Guerra, Club de Periodistas de México 2015). El uso de armamento nuclear desataría la ruta hacia una catástrofe planetaria terminal. Como la Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) certifica que Irán cumple con el Acuerdo Nuclearentre EU, Rusia, China, Francia Inglaterra más Alemania e incluso Yukiya Amano, director de la OIEA, elogia la actuación de Irán, las reacciones no se hacen esperar ante el obtuso negacionista climático que coloca en riesgo existencial la vida terrestre al alentar riesgos de tercera guerra mundial y la irreversibilidad del colapso climático antropogénico en curso.
La hostilidad de Trump hacia Irán disfraza con el antiterrorismo la fricción inter-capitalista, vinculada al manejo soberano del gas natural de Irán, mucho más cercano y ventajoso que el esquema de Trump de transformar a EU en principal proveedor de gas natural a Europa gracias a una “revolución del fracking” que es un fraude/celada sin sustento geológico. Para sostener la producción EU recurre a los no convencionales de Canadá y México bajo un bloque energético de la América del Norte, anunciado por Rick Perry: un diseño del big oil aplaudido por Coldwell.
En marzo de este año la petrolera francesa Total e Irán firmaron un contrato para el desarrollo del yacimiento de gas natural condensado South Pars-North Dome, el mayor del mundo compartido con Qatar. Se indica que el contrato sería en euros no dólares y por 4 mil 800 millones. Esta es la primera gran inversión desde el cese de las sanciones. La operación es apoyada por China, que también anunció acuerdos en yuan/oro para invertir en los combustibles fósiles de Irán. Estos contratos, recordó Bloomberg “son los primeros que se cierran desde que… Donald Trump asumió su cargo, amenazando con abandonar el acuerdo de 2015 que revirtió una década de sanciones contra Irán”. Hoy que hay apetito euroasiático (e iraní) por un mercado de 80 millones de iraníes. Trump amenaza porque quiere restaurar las sanciones junto a las todavía vigentes prohibiciones a bancos de EU para invertir en Irán frenando de paso la fortaleza industrial, bancaria y eventualmente de seguridad europea.
Desde 2016 se supo que la gigante Total también contempló un contrato con Irán para el suministro de 160 mil barriles diarios (bpd) de petróleo. Economía Hoy informa que Volkswagen firmó un contrato con un importador iraní para ofrecer SUV compactos Tiguan y el auto familiar Passat en las concesionarias de Teherán y sus alrededores. La francesa Peugeot fue la primera automotriz en reingresar al país el año pasado. La fuente agrega a esa oleada a Royal Dutch, Shell y Eni SpA, en conversaciones para desarrollar yacimientos locales.
Las continuidades y diferencias entre este escenario y el prevaleciente en la confrontación entre la presidencia imperial e Irán en 2010 iniciándose el gobierno de Barack Obama (enero 2009-enero 2017) con Clinton en la Secretaría de Estado, mostraría lo pronunciado del descenso hegemónico y aún de dominación militar/monetaria/bancaria de EU en Eurasia. Ambos mencionaron que todas las opciones (bélicas) contra Irán estaban sobre la mesa.
El riesgo de guerra permanece. Pero como se ve, hay indicios reales de tránsito desde una realidad impregnada de unilateralidad bélica a otra de multilateralidad atada al éxito de la diplomacia económica y militar de China y Rusia, cuyo desenvolvimiento sin guerra general sólo es posible hoy al amparo del derecho internacional.
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viernes, 13 de octubre de 2017

Torrente Imperialista III: Punto de Quiebre. 

John Saxe-Fernández, La Jornada a Jueves 12 de Octubre de 2017.

La vida en este planeta está siendo sacrificada ante el altar de la maximización de las ganancias, de la acumulación capitalista en favor, no en exclusiva, de los muy poderosos sectores de los combustibles fósiles y de la máquina de combustión interna. Los aportes de István Mészáros y de Giovanni Arrighi para el análisis histórico y contemporáneo de la crisis del capitalismo los colocan como interlocutores esenciales para esta y las siguientes generaciones. Es vital proseguir con la reflexión en torno al perfil y profundización de los acontecimientos políticos, económico/financieros, ecológicos y de civilización que denotan, con perspectiva geo-histórica, como planteó Arrighi, el deterioro generalizado de una pax americana en pie de guerra desde el 11/S.
Con una supremacía militar desde la que Estados Unidos (EU) asume riesgos de aniquilación mutua frente a Rusia, la otra gran potencia nuclear, el presidente Trump amenaza a otras naciones (Corea del Norte) con su destrucción total. Lo hace en las inmediaciones de China colocando en serio riesgo la vida de millones y la paz mundial (Correo Ilustrado 21/8/17).
Si bien Bill Clinton no dio curso al Tratado de Kyoto, para colmo Trump retiró a EU de un acuerdo como el de París, laxo y sin formalización vinculante en materia de emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Lo hizo mientras se acelera la emisión de GEI que calientan el planeta. Agréguese a este rudo escenario el desdén de la cúpula política de EU ante iniciativas a favor de la paz mundial, como la restauración o una actualización del tratado anti-balístico (ABM) abrogado por Bush II y festejado por inversionistas y banqueros suicidas de Wall Street ante las jugosas ventas de todo tipo de armas y sistemas anti-balísticos a países colindantes con Rusia y en fechas recientes a Corea del Sur, elevando los riesgos de guerra mundial. EU también rechazó el control, ya no digamos la necesaria abolición, de armas de destrucción masiva y la prohibición de la venta a privados de armas de asalto como las usadas en el ataque a civiles en Las Vegas o la salvajada de acentuar el flujo de esas armas al sur del Bravo alentando el caos y la masacre entre mexicanos, en lo que es una guerra irregular y de ocupación de EU disfrazada de “guerra al narco”.
La financiarización que se acentúa desde los años 90 no es indicio de una nueva etapa del capitalismo mundial. No anuncia primavera alguna. Tampoco un otoño, sino un crudo y muy riesgoso invierno. Para Arrighi y Beverly Silver en Caos y orden en el sistema-mundo moderno (Akal, 2001) se trata del indicio más evidente de que nos encontramos en medio de una crisis hegemónica, a lo que es necesario agregar que, a poco más de 15 años de esa publicación, junto al belicismo e intervencionismo del torrente imperialista de EU se observa que la gran recesión de 2007 no es una nueva etapa del capitalismo mundial, sino, diríamos en 2017, evidencia de su crisis existencial por el vínculo de la acumulación imperialista al colapso climático antropogénico (CCA) y sus efectos terminales para la vida planetaria.
El torrente imperialista gesta un punto de quiebre nodal: Arrighi y Silver consideraron que la expansión financiera sería un fenómeno temporal que terminará de forma más o menos catastrófica (…) (hoy día), la propia expansión financiera parece basarse en fundamentos cada vez más precarios” (derivando en una) reacción (y anunciando) “que la masiva redistribución de renta y riqueza sobre la que descansa la expansión alcanzó o está a punto de alcanzar sus límites. Y cuando la redistribución ya no se pueda sostener en lo económico, social y político, la expansión financiera está destinada a su fin (…) la caída, más o menos inminente, de Occidente de los puestos de mando del sistema capitalista mundial no sólo es posible, sino probable. Si el sistema acaba hundiéndose, será (…) por la resistencia de EU a ajustarse y acomodarse a las nuevas circunstancias”. (Ibid)
Para John Smith en El imperialismo en el siglo XXI, Monthly Review 2016, los hechos observados desde la gran recesión de 2007 no es otra crisis financiera o del capitalismo. Es una crisis del imperialismo calificada por Smith de crisis final por su vínculo al CCA: la destrucción capitalista de la naturaleza significa que ésta no es sólo la mayor crisis jamás experimentada por el capitalismo, sino que es la crisis final del capitalismo, es una crisis existencial para la humanidad. (Ibid, 314-15)
Estamos en un punto de quiebre climático y sistémico. El párrafo de cierre de El imperialismo, un notable volumen, es una cita del pensador cubano Raúl Valdés Vivó: No es, como dijo Rosa Luxemburgo en 1918 socialismo o barbarie sino socialismo o nada. O se frena la acumulación capitalista o será irreversible el colapso del pilar biológico y ambiental/atmosférico imprescindible para vivir y hacer historia.
István Mészáros in memoriam

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