jueves, 24 de enero de 2013


Peña: petróleo y seguridad
John Saxe-Fernández, La Jornada, Jueves 24 de Enero de 2013.
L
os combustibles fósiles, gas y petróleo en particular, no son una mercancía más. Con la máquina de combustión interna y la petroquímica se colocaron como ejes de la mezcla mundial de energía y de una vasta transformación industrial, civil y militar, con efectos profundos en todas las áreas de la vida y de la economía.
Gas y crudo son eje de la ecuación estratégica del poder y del calentamiento global, máxime cuando se agudiza el agotamiento de los estratos de alta calidad, acceso fácil y barato y los poderosos cabildos fósiles se aferran a negocios emisores de gases con efecto invernadero resistiéndose al cambio del patrón energético. Así lo indican estudios geológicos y de las ciencias de la atmósfera. También de la historia económica y militar del siglo XX, incluyendo la relación México-EU, cuyo análisis histórico, por ejemplo en México y Estados Unidos en el conflicto petrolero, 1917-1942 (Colmex, 1981) de Lorenzo Meyer, resulta vital.
En especial porque, como recordó Luis Videgaray, secretario de Hacienda (La Jornada 18/I/12, p. 27), cuando Peña Nieto todavía no era candidato del PRI jugó su carta fuerte desde elFinancial Times para acceder a Los Pinos: cuestionó el artículo 27 de la Constitución vigente con un llamado asuperar atavismos ideológicos en torno al régimen legal de Pemex que excluye la participación privada, aunque ésta fuera alentada de facto por el régimen acreedor instaurado por Estados Unidos a través del Programa de Empréstitos de Ajuste Estructural (PAE) del FMI, Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo, en vigor gracias a la torpe negociación de la crisis deudora de 1982 y a la decisión de privilegiar ante todo el impagable servicio de la deuda externa.
Desde entonces es patente la desnacionalización del proceso de toma de decisiones en materia económica. Los altos cargos del gobierno fungen comocountry managers del PAE que, dice Joseph Stiglitz, ex primer economista del BM, incluyen jugosas –y legales– comisiones en cuentas suizas ¿con Davos como ámbito discreto para consultar los depósitos?
En esta materia persiste la atávica propensión del BM, estipulada en las condiciones atadas a las líneas de crédito, a gestar el manejo de la inversión extranjera en gas y petróleo, en un marco orientado al mercado, como repite Videgaray (ibid) algo que ninguna nación seria contempla, menos Estados Unidos, que utiliza instrumentos deestado civiles (PAE) y militares, para acceder a los recursos naturales estratégicos que van quedando en la corteza: la petro-guerra contra Irak, el ataque a Libia, el acoso a Irán, el vasto despliegue de bases en América Latina.
Los esquemas de guerra irregular y terrorismo de Estado del Pentágono –Plan Colombia– avalados por Calderón (guerra al narco) al abrazar la Iniciativa Mérida y sus 400 millones de dólares anuales, llevan a la incautación imperial de las decisiones de seguridad.
A la catástrofe humanitaria se añade el desplome de la soberanía nacional: el panismo nos abrió a la intervención militar y al desenfreno del contratismo en actividades sustantivas de Pemex. ¿Cuálatavismo ideológico si Pemex es fuente principal de divisas no condicionadas, en espera de un gobierno que, como dice AMLO, no las dilapide en gasto corriente y estimule la inversión pública productiva y el empleo?
La salvaguarda de la infraestructura, de los campos petroleros, puertos y el mar patrimonial, es vital para laseguridad nacional mexicana, noción subsumida en la de soberanía. Así es en Estados Unidos, Europa y los BRICs. En Estados Unidos la enmienda (1988) a la Ley de Defensa de 1950 del senador J. James Exon y el diputado J. Florio, otorga al Ejecutivo el poder amplio de vetar toda inversión extranjera que amenace la seguridad nacional. En 2005 se canceló la oferta de la petrolera china CNOOC de adquirir Unocal. Poco después anularon la compra de seis puertos por Dubai.
Mientras en Estados Unidos los sectores estratégicos son asunto de seguridad, acá la cúpula en el poder alienta la privatización y desnacionalización petroeléctrica, con grave riesgo para la seguridad humana y la integridad del país.
Más que un arcaismo neoliberal, es el desenfreno de la codicia oligárquica que saca raja de la sujeción a los PAE y a los intereses de grandes firmas extranjeras. Cuando la mira de esos intereses está en el gas y petróleo convencional y no-convencional de México (en el Proyecto Truman de Seguridad afirman que Peña Nieto cuenta con suficiente apoyo legislativo para –textual– ...hacer cambios al artículo 27 constitucional y permitir la inversión privada y los contratos incentivados en Pemex) Peña, Videgaray et al, tendrán que decidir entre retomar y restablecer los fundamentos de la estabilidad, el empleo y la paz social o seguir la hoja de rutade la quinta columna neoliberal que por 30 años acentuó el desgaste, la incoherencia interna y la endémica corrupción en Pemex, el ente de mayor facturación y peso fiscal, e hizo del país un sangriento y caótico casino.

jueves, 10 de enero de 2013


Agro: euforia privatizadora
John Saxe-Fernández, La Jornada, 10 de Enero de 2013.
E
stremece cuando en medio de un desplome del empleo, déficit alimentario de más de 20 años y un ominoso ingreso de capitales golondrinos (en 2012 entraron unos 140 mil millones de dólares –mmdd–), voceros oficiales y de la IP anuncien, como en riesgoso trance de euforia, que los fundamentales están sólidos. Quizá es por la perspectiva de fabulosos negocios al abrigo del Programa de Ajuste Estructural (PAE) impuesto por Estados Unidos cuya macroeconomía incluye la austeridad y mantener la desregulación de los flujos especulativos, como la que agilizó la debacle de diciembre 1994 y el gran saqueo que siguió bajo un rescate a favor de los especuladores, que puso la reserva petrolera de aval y bajo la jurisdicción de la Corte del distrito de Manhattan. Desde entonces las grandes firmas extranjeras y asociados locales, gracias a los PAE, cosechan enorme riqueza en sectores que van de la agricultura, el comercio, los ferrocarriles y la maquila, a la banca, la cerveza, las pinturas.
Como muestra un botón: el desastre humano y económico del PAE agrícola, el Agricultural Sector Structural Adjustment Loan –AGSAL I y II– dotado en 1988 con 400 mdd para: 1) eliminar los subsidios globales a los alimentos, 2)reducir la intervención del gobierno en los mercados agrícolas eliminando precios de garantía de los granos, exceptuando en una primera fase el maíz y frijol, ya que, según el BM-FMI-BID, 3) los precios debían serdeterminados por el mercado. Como resultado de la eliminación de los mecanismos de regulación –finiquito de Conasupo– se dio un cheque en blanco a la especulación con los granos, fundamento de la dieta popular. Empezó el festín agrario y a los 400 mdd se agregaron otros 700 mdd para que los agricultores prosperaran más, 4) eliminando los controles de exportación y las restricciones cuantitativas en productos clave, 5) reduciendo el papel de nuestras paraestatales agrícolas, 6) liberalizando el comercio agrícola, 7) retirando los subsidios a los insumos, 8) reduciendo la inversión pública en el campo, 9) aplicando la descentralización y recorte de personal en la Secretaría de Agricultura.
Según la presidencia del BM, el éxito mayor fue la modificación (1991) del artículo 27 Constitucional porque propició la subdivisión de los ejidos y su conversión a propiedad privada. Se abrieron las puertas a las grandes firmas transnacionales, que hoy devastan al país. Se alentó la desregulación y la eliminación de la producción nacional de granos, en favor de las importaciones, mientras que se orientó a la agroindustria mexicana a la producción de legumbres y frutas para exportar. Un estudio de Carlos Heredia y Mary Purcell (Development Gap, 1995) muestra cómo con la eliminación de Fertimex y Pronase, el Ajuste Estuctural Agrario dejó a los campesinos sin la protección de los precios de garantía, sin fertilizantes y sin semillas mejoradas, reduciendo todo subsidio.
Lanzaron a 2 millones de campesinos –y sus familias– a la calle y a la frontera. Pero para el BM-FMI-BID los éxitosfueron y siguen siendo considerables: las importaciones crecieron año con año a un ritmo de más de 20 mil mdd. Entre enero y septiembre, 2012, según el Banco de México, el país erogó 17 mil 926 millones 391 mil dólares para comprar alimentos a otros países (La Jornada 6/1/13). Aunque el déficit puede ser mayor en alimentos vitales a la canasta básica, los cereales registran un déficit de 4 mil 306 mdd el mayor entre todos los alimentos, México compró 12 veces más cereales de los que vendió y las semillas y frutas oleaginosas tuvieron un saldo negativo de 3 mil 92 mdd; el déficit de las carnes fue de mil 857 mdd, el de grasas animales o vegetales fue por mil 158 mdd y el correspondiente a la leche, lácteos, huevo y miel ascendió a mil 156 mdd” (id).
Para manejar el estallido se instituyó el Procampo (4 mil mdd iniciales) que, según los asesores del embajador de Estados Unidos James Jones, fue creado a la luz del TLC para opacar el dolor del campesinado, ya que la privatización ha tenido consecuencias abruptas y catastróficas para la población rural mexicana que pocas posibilidades tiene de modernizarse para competir en el marco del TLC. El gran beneficiario fue Estados Unidos porque, como lo dicen esos asesores, “el giro en los cultivos de las tierras mexicanas favorecerá una mayor importación de maíz y frijol en el corto plazo. El giro en los cultivos mexicanos hacia otros productos básicos –trigo, sorgo, soya, arroz y algodón– hará que para el mediano y largo plazos se dé una mayor demanda de estos bienes sobrepasando la capacidad productiva nacional e incrementando las importaciones de Estados Unidos”.
Los PAE, bajo facha de reformas estructurales, impulsan la economía de Estados Unidos, sus grandes firmas y a un selecto grupo de cómplices locales. Con la agricultura en ruinas, ahora van tras el platillo mayor del festín privatizador: electricidad, petróleo y el gas ¡shale!
¿De ahí la euforia?