jueves, 15 de febrero de 2007

Incertidumbre estratégica


John Saxe-Fernández
La Jornada.
México, 15 de febrero de 2007.


Luego de que el presidente de Rusia Vladimir Putin, en una junta sobre seguridad internacional realizada en Munich el fin de semana pasado, hiciera una cruda y firme crítica a la peligrosa unilateralidad del gobierno de Bush en las dimensiones cruciales del espectro estratégico-militar, el ministro ruso de Defensa agregó que aunque el gasto bélico de EU es 25 veces mayor al de su país, Moscú rechaza involucrarse en otra carrera armamentista como la de la guerra fría. Dada la volatilidad de la seguridad internacional, lo dicho por Putin merece suma atención, pues los hechos son más devastadores que sus palabras: EU opera en el mundo, al margen del derecho internacional y del derecho penal internacional.

Putin no mencionó que la petroguerra y ocupación de Irak, que se intenta -con el desagrado de Londres- ampliar en Irán y Pakistán y profundizar en Afganistán, ya registra cerca de un millón de bajas civiles iraquíes, comportando graves cargos a los responsables -Bush, Cheney, Blair, Rumsfeld, Wolfowitz-, bajo las normas de los Juicios de Nuremberg. La criminalidad de Estado de Bush et al por el control de las cuencas petroleras mayores, incluye lo que ocurre en los campos de detención y prisiones tipo Guantánamo, con cerca de 14 mil personas detenidas al margen de cualquier protección legal: un área de "anomia" manejada por el Departamento de Defensa.

La paz mundial es precaria porque la unilateralidad militar acota, como notó Putin, los espacios políticos para una salida no bélica y no terminal (evitar la Guerra General Termonuclear: GGT).
Es riesgoso el acoso militar que se siente en Moscú por la expansión de la OTAN al Báltico y por el intervencionismo de EU en sus linderos. Como esa "ampliación, no tiene nada que ver con la modernización de la alianza", dijo Putin, "... tenemos el derecho de preguntar, ¿contra quién se dirige?" Una pregunta que también se hace en torno a todos los teatros de operaciones que rodean a Rusia desde tierra, aire y mar. La fuerte llamada de atención hecha en Munich la hizo quien está al mando de la otra fuerza balística y nuclear de mayor impacto planetario e indica inquietud por la incertidumbre estratégica que conlleva el programa antibalístico de Bush, en momentos en que existe una alerta mundial sobre un presunto ataque de EU contra Irán, previsto para después de marzo, cuando dos portaviones y sus grupos navales -con nukes- concluyan su despliegue y de que los misiles Patriot de Israel entren en completa operación.
La URSS y EU reconocieron que los despliegues antibalísticos socavan la disuasión, por lo que formalizaron el Tratado Antibalístico para lograr cierto grado de control ante los riesgos de una GGT. Pero Bush, mal aconsejado, recurrió a la cláusula de escape del tratado dando curso a una ecuación de alto riesgo, ya que Moscú percibe el esquema "antibalístico" como un intento para debilitar su capacidad "de segunda respuesta aniquilatoria" ante un hipotético primer ataque estadunidense. Se induce así la adopción que hizo Moscú de una respuesta automática (launch-on-warning), ante el menor indicio de lanzamiento balístico hostil "hacia su perímetro de seguridad", así como la modernización de los sistemas balísticos intercontinentales. El peligro se acentuó cuando la prensa informó que Bush había solicitado al Pentágono "planes de contingencia nuclear" contra, entre otros países, Rusia, China, Irán, Libia y Corea del Norte, mientras la escena internacional se ensombreció todavía más cuando John Bolton, entonces embajador de EU en la ONU, se pronunció por el uso del arma nuclear aun contra naciones del tercer mundo que no posean ese armamento.

Putin hizo menciones directas e indirectas sobre esta volatilidad: por una parte se quejó de que, pese a los tratados para reducir los armamentos nucleares estratégicos, Bush "tiene escondidas debajo de la almohada varias cabezas nucleares extra". Y de manera sesgada dejó saber que su país había decidido desarrollar el sistema balístico Topol-M, en parte como réplica al aventurado acorralamiento antibalístico de EU. En este tenor cabe recordar la decisión China de entablar el "diálogo estratégico" usando el lenguaje de los hechos: el 11 de enero demostró su capacidad balística antisatélite.

Las rigurosas admoniciones del mandatario ruso, ni son menos certeras ni más ásperas que otras. Sobre la política nuclear de Bush, Robert S. McNamara, ex secretario de Defensa, advirtió que es "inmoral, ilegal, militarmente innecesaria y espantosamente peligrosa" y el pasado primero de febrero Zbigniew Brzezinski, ex asesor de seguridad nacional, calificó la guerra en Irak ante el Senado como "una calamidad histórica, estratégica y moral" dirigida "por impulsos maniqueos e imperiales", culpándola de "intensificar la inestabilidad regional" y "socavar la legitimidad global de EU". También anticipó "alguna provocación en Irak, o un ataque terrorista en EU que se achacaría a Irán, y que culminaría en una acción militar "defensiva" estadunidense contra Irán.
saxe@servidor.unam.mx

jueves, 1 de febrero de 2007

Calderón: la colonialidad en Davos


John Saxe-Fernández
La Jornada.
México, 1 de febrero de 2007.


La gira de Felipe Calderón por Europa y su intervención en Davos, Suiza, en el cónclave anual del alto capital, amerita atención, al menos por dos razones: 1) por el gran contraste entre la realidad nacional y regional, y el intervencionismo de Calderón al atacar ahí a los gobiernos de Venezuela, Argentina y Bolivia, provocando legítimas respuestas que los medios, e incluso políticos de izquierda como Marcelo Ebrard, luego presentan como agresiones a México; y 2) por su acato a los cánones de la política exterior y de seguridad del gobierno de Bush, articulando de paso los intereses de la oligarquía local y de los entes extranjeros en pos del "manejo" del portafolio de negocios y contratos de Pemex y CFE.

No faltó en la gira el añejo discurso "librecambista" y el fomento de la inversión extranjera. Y mientras se presentó como el adalid del "futuro", en casa recorta el presupuesto en educación, ciencia y tecnología al tiempo que hambrea al pueblo, desatando una auténtica guerra de clase centrada en la "liberación" de precios de la canasta básica y la más rigurosa contención salarial. Es la receta del FMI-Banco Mundial: "Estatismo-contratismo" para los de arriba, con subsidios, rescates fraudulentos y ruinosos de la hacienda pública y exenciones fiscales; y para los de abajo, la "mano invisible" ­en especial la del "libre mercado" de la tortilla, frijoles, carne y leche­ sustentada en un puño policial-militar, armado y adiestrado por EU.

La prensa y los medios electrónicos registraron el repudio a Calderón en las calles europeas por los cada vez más numerosos mexicanos que tienen que migrar (¿acaso el "libre mercado" generó empleo aquí?), en rechazo a las sistemáticas y generalizadas violaciones de los derechos humanos y políticos de la población, en especial de Oaxaca y del liderato de la resistencia civil al gobernador de esa entidad. Además, bajo la cubierta de una campaña "antinarcóticos y contra el crimen organizado", en consonancia con los compromisos de facto contraídos por Fox con la ASPAN, Calderón impulsa un "estado de excepción" con el despliegue de fuerzas policial-militares en varios estados de la Federación, afectando derechos básicos consagrados en la Constitución: una riesgosa compensación por su orfandad de legitimidad electoral. Usa las fuerzas armadas de México con fines partidistas y en funciones policiales y de represión, lejos de las que son propias a la defensa nacional.

Para superar la percepción de que el suyo es un régimen de usurpación electoral, asentado en la opacidad, en la facciosa intromisión de Fox y de la IP en los comicios y el envilecimiento del IFE y del TEPJF (y por su propia torpeza al rechazar la propuesta de AMLO para el recuento "voto por voto", para lograr la certidumbre electoral), Calderón induce: a) peligrosas perturbaciones en la ecuación cívico-militar; b) un alineamiento con la política exterior y de seguridad de Bush afectando los cimientos constitucionales y del derecho penal internacional de la política exterior mexicana. Es notoria la sincronía de los ataques de Calderón, John Negroponte y Fox contra Chávez y Morales por la defensa de sus hidrocarburos. Y c) un acentuado sometimiento al Departamento de Justicia estadunidense y su administración penal.

El represor Negroponte planteó que el TLCAN-ASPAN se use para sujetar a EU la política exterior y de seguridad del país, y William Colby, ex director de la CIA, anticipó a Calderón al proponer que México no necesita fuerzas armadas para la "defensa nacional", sino de un cuerpo policial-militar "para la seguridad interior". Su voz no fue la del futuro, sino la de la colonialidad de los dueños del país a los que tanto debe y sirve; la diferencia entre una nación soberana y una colonia, dice Hans Kohn de la escuela de Schumpeter, es que la colonia no hace política exterior o de defensa nacional ni controla la hacienda pública. De eso se encarga la metrópoli.

En lo regional, la torpeza del discurso "democratizador" de Calderón es notable: mencionó supuestas carencias democráticas en Venezuela y Bolivia, cuyos gobiernos, como le aclaró Lula en Davos, vienen de victorias electorales rotundas, avaladas por observadores internacionales. Calderón exhibió por las azoteas de Europa y América Latina, sus lastimosos y desaseados trapos comiciales.Además, patrocinó el librecambismo, ironía de ironías, ante quienes controlan los mayores monopolios y sectores oligopólicos, presentes en Davos. La "colonialidad" de Calderón fue patética: se persigna con la doctrina del status quo, cuyos resultados concretos perpetúan las pautas asimétricas de explotación establecidas entre el centro capitalista y su saqueada periferia, en busca de mano de obra barata y de recursos naturales estratégicos. Es la fórmula para mantener la sujeción y administración colonial impuesta por los acreedores a través del FMI-BM-BID y, más básico aún, es el arma ideológica de las potencias para evitar que nuestros países apliquen su propia agenda para el desarrollo.
saxe@servidor.unam.mx